Los sistemas de radar: de la milicia a la medicina

Manuel Condori Huayna
Docente del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad Católica San Pablo

El principal funcionamiento de un sistema de radar es la detección de objetivos en un rango determinado. Hoy, con el desarrollo de la tecnología, se aplica también a diferentes áreas, tales como la biomedicina, industria militar, automotriz, satélites, etc., de manera que, es capaz de realizar detecciones a distancias extensas, conocer la velocidad del objetivo y también examinar partes del cuerpo humano.

Los sistemas de radar se originaron a fines de la devastadora Primera Guerra Mundial (origen militar, claro está). Inglaterra, encabezando la vanguardia, podía detectar aviones a una distancia kilométrica y prepararse frente un ataque enemigo inminente, aun si el clima no era favorable o sin la luz del día.

Estos sistemas eran de un tamaño voluminoso, gastaban una gran cantidad de energía y solo eran accesibles para la milicia. Hoy en día, debido a la globalización, se pueden diseñar o adquirir sistemas de radar que pueden caber en la palma de la mano, además que, presentan una resolución mejorada para la detección de objetivos, logrando aplicarlos en el ámbito de la medicina para la identificación temprana de enfermedades.

Hay diferentes tecnologías de radar que se diferencian por la forma de onda que emiten mediante la antena transmisora (onda de frecuencia modulada, ondas de pulso, ondas de paso, etc.) y se enfocan según la aplicación deseada.

La primera tecnología fue de ondas de pulso y emitía una gran cantidad de energía por un tiempo determinado, luego el sistema se preparaba en modo recepción, esperando todas las señales reflejadas. Servía muy bien para la localización a larga distancia de objetos de gran tamaño; sin embargo, si hay un objetivo muy cerca al radar o presenta una caracterización del material menor a la longitud de onda transmitida, este será un objetivo fantasma, es decir, estará presente pero no será visible para el radar. A estos artefactos se les llama aviones invisibles en la ciencia ficción. La ciencia los denomina tecnologías furtivas.

Hoy, el radar evolucionó a una onda modulada y desde su propio sistema emite ondas y a la vez, puede estar en modo recepción, cubriendo todos los objetivos que se encuentren cercanos.

Es importante considerar que esta última tecnología no suele alcanzar distancias kilométricas, pero tiene una resolución alta y logra identificar objetivos de un tamaño reducido y la evolución es tal, que ahora mediante técnicas de procesamiento, el sistema es capaz de realizar detecciones a través de los objetos o mejor aún, puede reconocer de forma temprana enfermedades en el cuerpo humano. Así, podemos afirmar que la tecnología enfocada correctamente, tiene fines mucho más nobles y eficientes.

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