Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno de la Universidad Católica San Pablo
Generalmente, en las democracias, las elecciones se ganan con votos, pero aquí en el Perú también podrían influir las cabezas de los entes electorales. Así se enmarca la telenovela en que se ha convertido la recomposición de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), donde Aldo Vásquez e Inés Tello retornaron gracias a una sentencia del Poder Judicial, que los repone tras haber sido inhabilitados por el Congreso en marzo pasado.
La JNJ se encarga de ratificar o designar a dos de las autoridades electorales del país, a los jefes de la ONPE y de Reniec. Las personas que están al frente de ambas instituciones querían repetir el mandato, en el caso de la ONPE, Piero Corvetto lo intentó pero no logró los 5 votos necesarios; por otro lado, Carmen Velarde (a cargo del Reniec) no alcanzó los 5 votos posibles debido a que Guillermo Thornberry —miembro de la JNJ— se inhibió.
Con el retorno de los dos exmiembros la aritmética cambia y podría prosperar un segundo intento de Corvetto y Velarde de permanecer en el cargo. Ahora, ¿es beneficioso que ambas cabezas repitan su periodo cuando hay tan poca certidumbre sobre su actuación en las elecciones pasadas? Me temo que no y más aún tras las declaraciones de Salatiel Marrufo. Preguntémonos: ¿Dina Boluarte habría ido en la plancha presidencial de Perú Libre si no hubiera sido parte de Reniec? ¿No era ese su más importante activo además del servicio de tesorería que prestó a la campaña del lápiz? Así mismo, ¿Corvetto no debió limpiar el padrón electoral de los difuntos que allí figuraban, por un tema de transparencia? Esa es la cuestión.