Conviviendo en familia en cuarentena

María Elena Ortiz Ramírez
Psicóloga
Docente UCSP

El aislamiento social obligatorio impuesto por el Gobierno a raíz de la pandemia del coronavirus, puso a las familias en una situación única, la de pasar 24 horas al día juntos en casa. Esta puede resultar una situación difícil, pero también puede ser la oportunidad perfecta para reforzar los vínculos emocionales, afectivos y relacionales que por el trajín del día a día pueden haberse perdido.

El rol de los padres se intensifica en este tiempo que tienen que asumir muchas funciones a la vez dentro del hogar; tendrán que lidiar con el posible aburrimiento de los hijos y la sensación de agobio por parte de todos los miembros de la familia. Educar de cerca es un privilegio en esta época, pero un desafío también porque significa hacerlo en hábitos pequeños que forman el carácter a lo largo de la vida.

Es necesario que prime la organización familiar para realizar el trabajo encargado, las tareas escolares y el tiempo de relajo. Hay que practicar la escucha activa y la comunicación eficaz. La armonía familiar es un don y hay que trabajar en ello. Este es el mejor momento para trabajar con los hijos valores, como la empatía, la cooperación, la responsabilidad, el cumplimiento de las leyes y normas, el respeto a los demás, la solidaridad y el autocuidado.

El rol de los padres se intensifica en este tiempo que tienen que asumir muchas funciones a la vez dentro del hogar; tendrán que lidiar con el posible aburrimiento de los hijos y la sensación de agobio por parte de todos los miembros de la familia.

Los padres tienen que replantear e innovar sus estrategias para continuar con el aprendizaje y también, el tiempo de relajo y la actividad física de la familia con los recursos disponibles, además de priorizar el cuidado de las personas mayores, quienes han cuidado de los niños todo este tiempo y que requieren de mayor atención ahora. También se debe establecer límites para realizar actividades. Un aspecto clave es la paciencia ante posibles peleas, gritos y la frustración como resultado del confinamiento y el autocontrol, especialmente en los adultos.

Es también tiempo de conocer a los hijos, qué sienten, qué piensan, a qué le temen, tener conversaciones cariñosas generando espacios de encuentro para entrar al mundo afectivo y estar atentos a como reaccionamos. Es tiempo de empatía para entender lo que pasa en el interior de los hijos, que requiere tiempo, entrenamiento e interés.

Es importante dar calidad de tiempo para celebrar la salud, la familia, la unión y las cosas simples de la vida. No nos dejemos acongojar por el miedo pues nos perderemos la grandeza de aprender, que sin duda alguna, nos dará la oportunidad de crecer.

La situación que vivimos trae consigo un ambiente de frustración, miedo e incertidumbre, de la cual pueden surgir muchos problemas. Es importante dar calidad de tiempo para celebrar la salud, la familia, la unión y las cosas simples de la vida. No nos dejemos acongojar por el miedo pues nos perderemos la grandeza de aprender, que sin duda alguna, nos dará la oportunidad de crecer.

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