La ingeniera que pone luz y color en las fiestas

Christiaan Lecarnaqué Linares 

Google guio a Rogelys Pérez Hidalgo desde Venezuela hasta Arequipa. Llegó a la ciudad en 2017, confiada en la información recibida por el buscador. “Arequipa aparecía como segunda en todo: seguridad, comida, etc.”, recordó. Ella comprobó in situ que este navegador no se equivocó y tuvo el buen tino de recomendarle la Ciudad Blanca.  

Cuando llegó no había muchos venezolanos, comentó. Fue una de las pocas afortunadas que pudo ejercer su profesión en esta ciudad. Ella es ingeniera de sistemas y trabajó en su carrera hasta la pandemia.  

Así nació la idea

En esta etapa cambió su destino laboral. Cuando las cosas se normalizaron probó con un emprendimiento de decoración de fiestas infantiles, quinceañeros y reuniones para adultos, al que bautizó Deco Eventos Gisell.  

Contó que estuvo interesada en celebrar el cumpleaños número tres de su único hijo Darío, pero consideró que las cotizaciones presentadas por comerciantes locales eran caras. Por eso es que se animó a arreglar ella misma la fiesta de su pequeño, con la temática de ‘Dino Bebé’. “Alquilé mobiliario y me salió barato”, dijo.  

Sus invitados quedaron gratamente impresionados con la decoración y por eso se animó a emprender, más aún cuando tenía experiencia en este tipo de trabajos, ya que en Venezuela trabajaba como animadora infantil y de vez en cuando apoyaba en las decoraciones para pagar su carrera. 

Para su negocio primero alquiló el mobiliario y los materiales. “Los seis primeros meses los dediqué a sacar ganancias e invertir ese dinero”, comentó. 

Como todo emprendimiento pequeño, empezó a brindar sus servicios a amigos. Se capacitaba llevando cursos, aprendía de tutoriales de YouTube hasta poco a poco consolidarse, dos años y medio después, de iniciado su negocio.

La propuesta de valor

La diferencia de su negocio con el resto, aseguró, es que ofrece calidad en los materiales y también le interesa mucho conectar con el cliente para entregarle un trabajo que le agrade. “A mí me gusta conversar mucho con el comprador. La idea es que el cliente se sienta a gusto con la decoración”, mencionó. 

Su fuerte son las fiestas infantiles trabajadas bajo cierta temática y hay algunas que se mantienen, como aquellas relacionadas a populares personajes como Mario Bros. o Sonic. 

Señaló que al inicio decoraba entre seis a siete fiestas semanales, incluso llegó a diez. La alta demanda es buena para cualquier emprendedor, pero para Rogelys fue un problema, ya que reconoció que cobraba barato y eso no le generaba muchas ganancias. 

Cambio de chip

Así que, asesorándose y teniendo en cuenta que sus servicios eran buenos, decidió reajustar sus precios. Esta decisión significó una caída en los pedidos por tres meses, sin embargo, con el tiempo los clientes llegaron y hoy el negocio le genera buenos beneficios. “Aprendí a no regalar mi trabajo”, concluyó. 

En la actualidad, cuenta con una variada clientela, entre ellos peruanos y venezolanos que disfrutan de los servicios de su negocio.  

Recientemente, ganó un capital semilla entregado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), como parte de su programa de aceleración de empresas. No recibió dinero sino bienes como mobiliario para mantener la calidad de sus decoraciones.  

Esta iniciativa contó con el apoyo de la incubadora de negocios Kaman de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), que brinda asesoramiento en todo lo relacionado a emprendimientos. 

Rogelys tiene más planes para llevar adelante en una ciudad que la ayudó bastante, llevada un día por las acertadas recomendaciones de Google.