Rolando Vilca Begazo
Aldo Aranzaens Yukimura, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, entiende la necesidad del gobierno de Martín Vizcarra de mejorar la recaudación fiscal a través del incremento del impuesto selectivo al consumo (ISC). No obstante, también aclaró que no se puede afectar solo a las empresas formales y no hacer nada por implementar una política de Estado que ayude a revertir el 70 % de informalidad en la economía del país.
¿De qué forma se ha visto afectado el sector empresarial con el incremento del impuesto selectivo al consumo (ISC)?
Creo que las bases iniciales para este incremento son válidas, el Gobierno tiene una necesidad de recaudación [fiscal]. Pero es una situación difícil, porque, por un lado, si no existe esa recaudación, no se podrán hacer aquellas obras que ayuden a la reactivación económica; pero, por otro, este impactó en otros sectores.
Lo que faltó fue algunas medidas complementarias para que no se diga que [este incremento] está dirigido solo al sector formal, que finalmente es el que paga los ‘platos rotos’ de la incapacidad [del Gobierno] para ampliar la base de recaudación tributaria y para atender el problema del sector informal.
¿Esta variación repercutió en el costo de producción de la industria?
Hasta el momento no. Lo que pasa es que hubo una especie de mala suerte, en el sentido de que el incremento del ISC, que no era muy significativo en el caso de los combustibles, se juntó con la variación del precio internacional del petróleo, y esto da una sensación de que el alza del impuesto es el que genera el malestar de la población.
Ahora, esperamos que esto pueda atenuarse y que no genere un incremento en los costos, que es lo que más preocupa a los empresarios, y porque eso se trasladará a los precios finales que pagan los consumidores.
El sector de transportes ha advertido que subirá sus tarifas.
En algún momento el petróleo iba a subir, al margen del incremento del ISC. El problema es que se juntaron ambos temas. Esperamos que los sectores que se puedan ver afectados tengan un poco de tranquilidad, porque esta variación internacional del petróleo puede ser temporal y luego puede bajar un poco. Además, el Gobierno ha ofrecido revisar el tema [del incremento del ISC], pero tampoco esa es una buena señal, ya que evidencia una debilidad ante la presión de cualquier sector.
No más facilismo
De hecho, hay varias protestas que pueden complicar el escenario social del país.
El país ya pasa por una situación difícil. Se tienen que tomar decisiones que quizá no sean las más populares, y existe mucha gente que no lo entiende y aprovecha esta coyuntura para sacar otros reclamos que no tienen que ver con la economía.
Si bien todos los sectores tienen derecho a exigir mejoras necesarias, estamos en un momento complicado. Existen muchos temas para ser atendidos. La corrupción, el estancamiento de la economía, el destrabe de proyectos y, a la vez, debemos resolver problemas importantes para la población, como las brechas en infraestructura, educación y salud. Hay demasiados frentes como para pretender que este Gobierno pueda solucionar todo de una sola vez.
Ahora, también se deben tomar acciones que no vayan solo por el lado del facilismo, de presionar al sector formal [de la economía]. El sector informal es sumamente grande [equivale al 70 % de la economía del país]. Si se hiciera algún trabajo para impulsar su formalización y se aplicaran las reformas laborales que se requieren, se generarían ingresos económicos importantes para el Gobierno.
En medio de este panorama, ¿cómo se encuentra la confianza del sector empresarial en el gobierno de Vizcarra?
Si bien vemos a un presidente muy convocante y con intensión de diálogo con todos los sectores, esto no podrá ser sostenido en el tiempo. Es importante mantener una política de ese tipo, sin embargo, la paciencia de la ciudadanía se acaba, y esta tregua con los diferentes sectores políticos tampoco es un tema que se pueda sostener mucho.
Entonces, el Gobierno deberá tomar decisiones importantes en el corto plazo, y más aún porque son muchos frentes los que debe atender. Tenemos mucha expectativa por lo que se anunciará el 28 de julio, esperamos que vengan propuestas para destrabar proyectos [de inversión] y para que la economía recupere su ritmo.
En el caso de Arequipa, ¿cómo evalúa la gestión de las autoridades municipales y regionales?
Son dos gestiones totalmente diferentes, cada una con sus propias características. En cuanto al Gobierno regional, por lo menos se han reiniciado proyectos importantes, pero siguen con algunos inconvenientes como Majes Siguas II y la variante de Uchumayo, pero aun así hay otros que aportarán mucho cuando sean culminados, como la vía Arequipa – La Joya, la nueva salida a Yura, hospitales y colegios.
Aunque el Goyeneche no saldrá.
Sí, no saldrá. Pero, por lo menos, se dejarán las bases para que no se detenga.
En el caso de las obras de la variante de Uchumayo, ¿no cree que se pudo mejorar la eficiencia técnica para evitar este sobrecosto de siete millones de soles y la ampliación de tres meses para su culminación?
En líneas generales, en el sector público aún existe carencia de técnicos preparados y empresas especializadas que hagan estos estudios de suelos. Estas situaciones ocasionan retrasos que no solo generan el incremento del presupuesto y la ampliación de los plazos, sino las pérdidas para los empresarios y la ciudadanía, y repercuten en la eficiencia y la productividad en general. Allí hay un tema que se debe corregir.
También sabemos que la burocracia del aparato público y el centralismo hacen que algunas veces se apresuren en sacar las obras de alguna manera y allí se presentan estos problemas técnicos.
Municipio detenido
Ese mismo proceder, de entregar obras con deficiencias técnicas, se observó en la municipalidad provincial. En ese caso, ¿cómo evalúa los dos periodos de gobierno del exalcalde Alfredo Zegarra?
En la municipalidad tenemos un proyecto emblemático, el Sistema Integrado de Transporte (SIT), que todavía no llega a tener una luz clara sobre su futuro. Siempre me preocupó que una autoridad deje sus funciones para postular a otro cargo de gobierno porque no es la forma más adecuada de culminar una gestión.
Tenemos la percepción de que la municipalidad está detenida, de que solo espera que pase el tiempo para que llegue el siguiente gobernante y de que no se está avanzando ninguna obra de las que tiene pendientes, pese a la responsabilidad que tiene en temas tan sensibles como el caos vehicular, la seguridad ciudadana, la contaminación y el desarrollo urbano.
Y más aún en una ciudad como Arequipa, que concentra casi el 70 % de la población de la región.
Así es, y el desarrollo urbano tampoco ha sido el mejor. No hubo una preocupación. Es un periodo que ha resultado ser de tres años y medio.
Son dos periodos de gestión municipal, casi ocho años de gobierno municipal.
Efectivamente, y que no ha llegado a concretar proyectos de importancia para la ciudad. En la última etapa, se ha pretendido hacer muchas intervenciones previas al SIT, pero con muy poca coordinación entre las autoridades y eso contribuyó a generar un mayor caos en la ciudad.
Los intercambios viales, que fueron la prioridad del gobierno municipal de Alfredo Zegarra, ¿han ayudado a resolver el caos vehicular de la ciudad?
Posiblemente, pero cuando se tiene que tomar una decisión para resolver un problema, no se puede hacer por partes. Se tiene que aplicar una solución integral, de manera coordinada, con los presupuestos y permisos necesarios, con todo lo que se requiere. Pero hemos tenido obras detenidas por mucho tiempo. Todo eso demuestra la improvisación que se tuvo en la ejecución de obras.