Deysi Pari
Cada año, en junio, las calles del Cusco se transforman en un escenario de fervor religioso y colorido sin igual. El Corpus Christi, una festividad católica que conmemora la presencia del cuerpo de Cristo en la Eucaristía y que es considerada de alta importancia en el mundo católico, ha adquirido en esta ciudad una dimensión única, donde se fusionan siglos de tradición cristiana y cultura andina.
Desde el 6 de agosto de 2004, la celebración del Corpus Christi en Cusco está reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación.
El antropólogo cusqueño Jorge Calero explicó a Encuentro que, en Cusco, el Corpus Christi tiene una connotación preponderante, porque desde sus inicios fue adoptado por los nobles incas.
De acuerdo al libro Corpus Christi del Cusco, editado por la Dirección Desconcentrada de Cultura de esta ciudad, que cuenta con artículos de intelectuales e investigadores como Jorge Flores Ochoa, Ricardo Ruiz Caro y Miguel Humberto Milla, durante la época virreinal los descendientes de los incas convertidos al catolicismo, celebraban esta festividad “a su manera”.
El documento también recoge que, según Garcilaso de la Vega, el primer Corpus Christi fue celebrado en 1550, solo 15 años después de la fundación española del Cusco. Además, señala que en procesión salían andas con imágenes de “Nuestro Señor o Señoras”. A estas celebraciones asistían los caciques de todo el distrito, acompañados de sus parientes y de los nobles. Venían vestidos con sus mejores galas y ornamentos.
Uno de los más coloridos
El Corpus Christi celebrado en Cusco es uno de los más coloridos y festivos, gracias a las expresiones artísticas del pueblo. Su celebración se realiza durante nueve días.
Según el artículo del investigador Jorge Flores Ochoa, hoy en día centenares de fieles de toda la ciudad forman el cortejo de cada una de las 15 imágenes de vírgenes y santos que desfilan por la Plaza Mayor del Cusco. Para ello, agrupaciones formales e informales se encargan de organizar la participación de las imágenes y su recorrido hacia la Catedral, acompañadas por comparsas, bandas de músicos y danzantes.
Cada imagen es llevada en andas decoradas, y la procesión culmina con la salida del Santísimo Sacramento, resguardado bajo un imponente dosel de plata.
El antropólogo Jorge Calero destaca que, para participar, las personas usan sus mejores indumentarias y preparan los festejos de cada santo. Además, la procesión es acompañada por comparsas y danzas que reflejan el bagaje cultural mixto de las épocas prehispánica y colonial.
Este evento no solo expresa la religiosidad popular, sino también una profunda identidad colectiva. Las comunidades compiten con fervor por rendir el mejor homenaje a sus santos patronos, en una muestra de organización, tradición oral, música y danza heredadas de generación en generación.
Quince santos
En la víspera del día central del Corpus Christi, que este año será el miércoles 18 de junio, las imágenes que participarán en la procesión son reunidas en el templo de Santa Clara y desde allí se dirigen a la catedral, llegando poco a poco.
El día central es de intensa actividad: se ofrecen misas de fiesta, se visten las imágenes y se realiza la procesión del Santísimo Sacramento, que constituye el Corpus Christi propiamente dicho.
Según el artículo de Jorge Flores Ochoa, antes de los años 60, el Santísimo Sacramento iba detrás de las 15 imágenes, pero en la actualidad encabeza la procesión.
Las imágenes que participan son: Santa Bárbara, Santa Ana, San Jerónimo, San Sebastián, San Antonio, San Cristóbal, Santiago Apóstol, San Blas, San Pedro, San José, la Virgen de la Natividad, la Virgen de los Remedios, la Virgen Purificada, la Virgen de Belén y la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Otros elementos
El antropólogo Jorge Calero comenta que, dentro de la celebración del Corpus Christi, hay una serie de elementos significativos como el compartir de frutas provenientes de diferentes pisos ecológicos, como la caña de azúcar, la chirimoya y el coco. A esto se suma el plato típico de la festividad: el chiri uchu, una comida fría hecha en base a cuy, gallina, cecina, maíz, tortilla, cochayuyo, rocoto, queso y morcilla. “Es el plato bandera de la fiesta, que tiene una mezcla de lo andino con lo europeo”, explicó.
Hoy, el Corpus Christi continúa siendo una expresión viva del mestizaje cultural. Declarado Patrimonio Cultural de la Nación, representa no solo una festividad religiosa, sino también un símbolo de resistencia y continuidad cultural para el pueblo cusqueño.
Medidas de seguridad
Por su parte, la municipalidad del Cusco procedió a liberar las vías para evitar el estacionamiento de vehículos y permitir el libre tránsito de las procesiones.
También se ha prohibido la venta de bebidas alcohólicas.
El secretario pastoral del Arzobispado del Cusco, Óscar Lazo, exhortó a la ciudadanía a fomentar el respeto durante la festividad, sobre todo cuando se realice el recorrido de las imágenes.