Una ciudad más compacta y menos dispersa

Rolando Vilca Begazo

La única forma de frenar la depredación de la campiña de Arequipa para atender el crecimiento urbano es la construcción de torres de departamentos en aquellos espacios disponibles dentro de la misma ciudad.

El ex integrante del equipo técnico del Plan de Desarrollo Metropolitano (PDM) de Arequipa, Carlos Zeballos Velarde, explicó que si se promueven las edificaciones verticales para mejorar la concentración urbana, “se podría albergar hasta el triple de la población (actual) sin crecer un metro cuadrado más”.

De esta forma, desestimó la continuidad del modelo de expansión urbana de manera horizontal que se desarrolló en los últimos 15 años y que permitió la invasión de cientos de hectáreas de terrenos eriazos junto a la urbanización de zonas agrícolas.

El Instituto Municipal de Planeamiento (IMPLA), organismo responsable de la formulación y aprobación del PDM, ha calculado que más de la cuarta parte del área actual que ocupa la ciudad (26%) creció sin planificación alguna en la última década. Esto originó un grave problema debido a los altos costos para dotar de infraestructura, servicios básicos y transporte urbano a zonas con una baja concentración poblacional.

En el caso de la campiña, se estima que el crecimiento urbano ocupó 592 hectáreas en los últimos diez años. La mayoría de ellas de manera ilegal y hasta ahora, continúan los procesos judiciales y administrativos por el cambio de uso no autorizado de estos espacios.
Otro elemento que contribuye para proponer la concentración urbana en Arequipa es que la densidad poblacional llega a 101 habitantes por hectárea, un valor que según el PDM “es muy bajo” para una ciudad que tiene recursos limitados de suelo.

Es por ello, que este mismo documento —que fue aprobado en sesión de concejo municipal en febrero pasado— “establece una política de expansión urbana moderada”, priorizada en la “densificación de la ciudad” y a partir de áreas de identificadas que cuenten con factibilidad de dotación de servicios básicos.

De la misma forma, limita el acceso sobre zonas de riesgo y áreas por encima de la cota de 2,600 m.s.n.m., que es la altitud máxima que puede llegar a abastecer la empresa de agua potable, Sedapar.

Invasiones
Carlos Zeballos advirtió además que las actuales invasiones, muchas de las cuales se superponen entre sí, pretenden ocupar un espacio que equivale, en territorio, a otra nueva ciudad, “por lo que las autoridades deben evitar estas prácticas y controlar su proliferación”.

Lo lamentable es que muchas de los terrenos identificados por el PDM para la expansión urbana futura se encuentran dentro de estas ocupaciones informales y otras áreas, que aun estando saneadas fueron abandonadas sin contar con edificación alguna. Un ejemplo de esto son los cientos de lotes que se encuentran abandonados en el Cono Norte y
que bien pueden servir para su reasignación.

Zonas agrícolas

Como parte del crecimiento urbano a mediano y largo plazo, el PDM también incluyó la incorporación de 141 hectáreas de suelos agrícolas, que deberán cumplir dos condiciones: estar cercanas a vías de alto tráfico vehicular o porque quedaron encerradas por urbanizaciones (islas rústicas).

De esta forma, hacia el 2020 se cambiará de uso las primeras 58 has. de cultivo y hacia el 2025 las 83 has. restantes. Para estos casos, se exigirá la construcción de edificaciones de alta densidad poblacional como torres de departamentos, rodeados de áreas verdes, hasta en una proporción similar al área construida.

Para Carlos Zeballos, “no había otra alternativa” ante la situación en que quedaron estos terrenos por la misma presión del desarrollo urbano. Además, recordó que en la versión inicial del PDM –elaborada por la consultora española GR-Arquitectos–, se propuso urbanizar 700 has. de campiña y ahora, se buscó reducir al mínimo esta afectación.

Áreas verdes

De igual forma, otras 291 has. de cultivo, que corren el riesgo de ser “tomadas por diferentes proyectos inmobiliarios”, serán convertidas en espacios de uso recreativo. Este tema es investigado por la Fiscalía del Ambiente, por considerar que se vulneró la Ley General del Ambiente, que prohíbe el cambio de uso de zonas agrícolas “con fines económicos o de servicios”. Sin embargo, Carlos Zeballos, aclaró “esta es la única forma de conservarlas y compensar el déficit de áreas verdes que existe en la ciudad”.

Incluso, dijo que estos terrenos serán cambiados de uso “solo si se cuenta con el financiamiento para garantizar su conversión en zonas recreativas y hasta entonces seguirán como suelo agrícola”.

La ciudad de Arequipa con una población que bordea el millón de habitantes tiene solo 150 has. de áreas verdes, lo que se traduce en una proporción de 0.5 metros cuadrados por persona, cifra muy por debajo de los 8 m2/hab. que recomienda la Organización Mundial de Salud (OMS).

Para revertir este panorama, el PDM propone “un programa agresivo de forestación, incluyendo un sistema de espacios públicos recreativos que sumarán 1,350 has, organizadas en tres categorías: parques urbanos sobre áreas agrícolas amenazadas por urbanización, parques urbanos en zonas eriazas y áreas forestadas en torrenteras y zonas de riesgo”.

Así, después de convertir las anteriores 291 has. de campiña en zonas de recreación, se prevé incorporar mil has. de bosques. El primer proyecto será el parque de 400 has. al sur de la planta de tratamiento de aguas residuales de la Escalerilla, en el Cono Norte, que será irrigado con las aguas tratadas.

Adicionalmente, se propone la forestación de las torrenteras, previa reubicación de poblaciones vulnerables y la intervención similar en parte del cerro cercano al cuartel Salaverry.

Para tomar en cuenta  

→ Como parte de la implementación del PDM, se formalizarán las áreas urbanizadas fuera de los límites de expansión del anterior Plan Director de Arequipa Metropolitana (invasiones y ocupaciones informales).

→ En el caso de las urbanizaciones sobre áreas agrícolas, serán asimiladas una vez que se resuelvan los procesos judiciales y administrativos y; estarán sujetas a la sanciones respectivas.

→ Al 2020, se propone la expansión urbana en el sector de Río Seco (Cerro Colorado) y Umapalca (Sabandía). Para el 2025, se incluirán áreas aledañas a la carretera Arequipa – La Joya, un cerro cercano al cuartel de Salaverry y en Mollebaya.

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