Ley contra la comida chatarra en cuenta regresiva

Todos los alimentos procesados deberán etiquetarse por ‘alto contenido’ en grasas, azúcar o sal.

Rolando Vilca Begazo

¿Sabía usted que la gran mayoría de alimentos procesados que consume, desde galletas, caramelos, helados, gaseosas, embutidos, salsas, entre otros, superan los límites permisibles en contenido de azúcar, grasas saturadas y sal?

Pues sí. Si hoy se aplicase la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños y Adolescentes (Ley N° 30021), o ley contra la comida chatarra, casi todos estos productos tendrían que dejar de comprarse. O en su defecto, deberían contar con etiquetas especiales que señalen, según sea el caso: “Alto contenido en sodio, azúcar o grasas saturadas. Evitar su consumo” o “Contiene grasas trans: evitar su consumo”.

Estas exigencias, en el etiquetado de productos, ya se aplican en Ecuador, Chile y México, desde años atrás, por lo que tampoco sería una innovación peruana. Como sostiene la decana nacional del Colegio de Nutricionistas del Perú, Saby Mauricio: “Simplemente entraríamos al ritmo de cómo se mueven otros países en cuanto a la promoción de una alimentación saludable”.

Pero, aún hay que esperar un poco más para que todo esto se haga realidad. La Ley N° 30021 se promulgó en mayo del 2013 y se tuvo que esperar tres años y dos meses para que recién el pasado 25 de julio —cuando Ollanta Humala y sus ministros se despedían— se publique el proyecto de reglamento que durante 90 días está en consulta a través del portal web del Ministerio de Salud.

Una vez que se procesen las sugerencias y comentarios —esperemos que sea antes de fin de año—, por fin se aplicaría la norma que pretende proteger la alimentación de los niños y adolescentes del país.

¿Contra el mercado?

El principal cuestionamiento del sector industrial en contra de esta norma era que atentaba contra el principio de libre mercado y que, además, afectaría la fuente de ingreso de miles de trabajadores que laboran en el sector industrial del país.

No obstante, el exparlamentario Gustavo Rondón Fudinaga, coautor de la norma junto a su colega Jaime Delgado, aclaró que la industria peruana “debe ser consciente de obtener utilidades, pero no a costa de la salud de los peruanos”.

“En un mundo como el actual no se podría vivir sin este tipo de productos industrializados, pero deben cumplir los estándares de calidad, y el contenido de azúcar, sodio y grasas saturadas no puede ser lesivo al ser humano”, apuntó.

Por su parte, Saby Mauricio consideró que esta ley no busca afectar el libre mercado, sino que “intenta reglamentar la publicidad y el derecho de información de los ciudadanos con respecto a los productos alimenticios que consumen”.

“La población no sabe si estos productos industriales tienen un contenido alto de grasas saturadas, azúcar y sal; que son responsables no solo del sobrepeso y obesidad de los niños, sino que pueden conducirlos a problemas de hipertensión arterial, diabetes y cáncer”, agregó.

Encuentro también se comunicó con la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) para conocer su opinión sobre este proyecto de reglamento, sin embargo se excusaron de no declarar. El presidente del Comité de Alimentos, Álvaro Delgado, señaló que se pronunciarán una vez que el reglamento entre en vigencia; lo cual llama la atención en este momento.

Alternativa

Pero no todo sería malo para la industria peruana. Tanto Gustavo Rondón como Saby Mauricio coincidieron en señalar que la norma en contra de la comida chatarra podría abrir la oportunidad para producir nuevos productos y adecuados a la nuevas exigencias.

“Esta norma es un buen estímulo para que la industria pueda elaborar otros productos con el uso, por ejemplo, de quinua, kiwicha y otros productos oriundos del país”, dijo Rondón. Entre tanto, Saby Mauricio sostuvo que “hay algunas empresas de la industria alimentaria que ya trabajan este tema para ajustarse a la norma y definir qué producto se queda en el mercado o cómo se van alineando”.

¿Y la ‘rica comida’?

Otro tema vinculado a la alimentación saludable y que no fue incluido dentro de la regulación de la Ley N° 30021 es el de la comida rápida y el de nuestra gastronomía nacional y local. Si bien sus diferentes presentaciones son muy agradables al paladar, no dejan de ser dañinas si se consumen en exceso.

Ante esta situación, Saby Mauricio propuso promover una certificación de restaurantes saludables para todos aquellos establecimientos que reconozcan de manera responsable, a través de avisos en sus mismos locales, que el consumo de estos alimentos puede ocasionar daños a la salud humana. Para Gustavo Rondón este objetivo se puede trabajar a través de una ordenanza regional, cuyo proyecto se comprometió a elaborar en las siguientes semanas.


En el 2021 seremos libres de grasas trans

En el bicentenario de nuestra independencia, el 28 de julio del 2021, nuestro país será declarado, por fin, libre del uso de grasas trans en la preparación de alimentos y bebidas no alcohólicas procesadas a escala industrial.

Las grasas trans son aquellos ácidos grasos que se derivan de los procesos químicos y físicos a los que se some-ten las grasas insaturadas o ‘grasas buenas’, con la finalidad de obtener alimentos de textura más fluida o más fáciles de conservar.

Esta transformación convierte a las grasas trans en ‘grasas malas’ porque las hace perjudiciales para la salud; además, estas son las responsables de la aparición del colesterol y de los triglicéridos en la sangre que pueden significar problemas cardiovasculares y también pueden generar algunas enfermedades crónicas no transmisibles.

Esta información se desprende de la D.S. N° 033-2016-SA que contribuye a la implementación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños y Adolescentes (Ley N° 30021).

La norma, publicada el pasado 27 de julio, dispone un plazo de 24 meses para la reducción de las grasas trans y de 60 meses para su eliminación definitiva de los productos industrializados que se comercializan en nuestro país.

De esta forma a partir del 28 de julio del 2018 las galletas, caramelos, margarinas, helados, salsas, embutidos, conservas, productos de panificación, chocolatería, entre otros, deberán reducir gradualmente el contenido de las grasas trans de su composición hasta su supresión definitiva, que ocurrirá tres años después.

Productos como el jugo Pulp o bebidas gaseosas exceden
en nueve veces los límites de contenido de azúcar.

 


Lista negra

El D.S. 027-2016-SA, publicado el pasado 23 de julio, dispone que el Ministerio de Salud elabore y actualice periódicamente un listado de alimentos procesados y bebidas no alcohólicas que tengan alto contenido de sodio, grasas saturadas y azúcar.

Vigilancia

El Colegio de Nutricionistas del Perú pidió al Ministerio de Salud formar parte de la comisión multisectorial que promoverá la alimentación saludable en el país, a fin de vigilar el cumplimiento de la Ley N° 30021.

Pese a la presión del sector industrial se publicó el reglamento de la norma que
promueve una alimentación saludable en niños y adolescentes.

El dato

De acuerdo a los parámetros fijados por el Ministerio de Salud, el contenido de grasas trans para los aceites vegetales, grasas y margarinas no deberá ser mayor que dos gramos de ácidos grasos trans por 100 gramos o 100 mililitros de materia grasa; en el resto de alimentos y bebidas procesadas será de 5 gramos de ácidos grasos trans por 100 gramos o 100 mililitros de materia grasa.

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