Arequipa preocupa en progreso social

Rolando Vilca Begazo

Aunque resulte contradictorio el crecimiento económico que benefició Arequipa en la última década no repercutió en la mejora de las condiciones de vida de la población. Es decir, el aumento de la capacidad adquisitiva que experimentó el ciudadano promedio no influyó en la atención adecuada de sus necesidades básicas.

Esta información se desprende del Índice de Progreso Social Regional 2016, que mide el bienes-tar de las personas, elaborado por la escuela de negocios de la Pontificia Universidad Católica del Perú (Centrum Católica).

De acuerdo a este ránking, Arequipa ocupa el cuarto lugar a nivel nacional en calidad de vida, detrás de Moquegua, Ica y Lima Metropolitana. Sin embargo, el puntaje obtenido (61.86) la coloca en un nivel “medio bajo”, lo cual resulta preocupante para una región, que según empresarios y economistas, incluso llegó a crecer por encima del promedio nacional.

En realidad, ninguna región del país alcanza un nivel satisfactorio de progreso social (más de 85 puntos) y ni se acercan a ello. Moquegua con 65.37 e Ica con 65.01 están en la categoría de “medio alto”. En tanto que 15 regiones reportan una calidad de vida “baja” y “muy baja”.

En opinión de la responsable del estudio, Alexandra Ames, “estos resultados constituyen un llamado de atención para aquellas regiones que no supieron aprovechar el crecimiento económico en beneficio de su población”. Y si entramos en el desagregado de los indicadores que configuran el Índice de Progreso Social, en el caso de Arequipa varias cifras resultan alarmantes.

Necesidades básicas

En cuanto a la atención de las necesidades básicas humanas, Arequipa alcanza un puntaje de 69.00 que lo ubica en el nivel “medio alto”, por detrás de Lima Metropolitana, Callao, Ica, Tacna, Moquegua y Tumbes.

En este aspecto, destaca en el Acceso a Vivienda (86.23), además de Nutrición y Asistencia Médica Básica (76.36). No obstante en acceso al Agua potable y Saneamiento, logra 59.71 puntos, que lo ubica en el nivel “medio bajo”; mientras que en Seguridad Personal alcanza solo 53.71 puntos (nivel bajo), esto debido a la alta percepción de inseguridad y el temor a la ocurrencia de accidentes de tránsito.

¿Bienestar?

En cuanto a los Fundamentos de Bienestar, nuestra región obtiene 55.04 puntos que la ubican en el nivel “medio bajo” y en el puesto 11 en el país. Dentro de esta dimensión destacamos en el Acceso a conocimiento básico (baja tasa de analfabetismo, asistencia escolar y logros educativos) con 82.10 puntos, aunque una vez más estamos por debajo de Tacna (91.84), Moquegua (88.55) e Ica (82.73).

No obstante, lo que llama la atención son los pobres resultados obtenidos en Salud y Bienestar, y Sustentabilidad del Ecosistema. En el primer caso, Arequipa reportó 47.17 puntos, que refleja un nivel “bajo”, en razón de la alta tasa de obesidad, enfermedades crónicas, mortalidad prematura por dolencias no contagiosas y personas que fuman. Estos males, según el informe de Centrum Católica, “suelen afectar en mayor medida a sociedades con ingresos altos, pero que no supieron establecer medidas mínimas de protección, prevención y acceso a servicios de salud de calidad”.

Este comportamiento, en opinión del economista Glenn Arce, es producto de una grave distorsión en aquellas personas que provienen de niveles sociales bajos y que después de mejorar sus ingresos, asumen gastos innecesarios que no mejoran su bienestar social.
En Sustentabilidad del Ecosistema, que mide la percepción sobre la calidad del aire en zonas urbanas, la huella ecológica y el tratamiento de aguas servidas, Arequipa alcanza solo 24.26 puntos. Esto nos deja en un nivel “muy bajo”, lo cual ya es alarmante porque descendemos hasta el puesto 21 entre las regiones del país.

Este indicador se podría revertir en algo con la puesta en funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas servidas La Enlozada, pero seguirá pendiente de solución la contaminación ambiental ocasionada por el excesivo parque automotor que hay en la ciudad.

Intolerantes

En la dimensión de Oportunidades, entendida cómo se asegura que las personas gocen de sus libertades y derechos más importantes para lograr el desarrollo de sus capacidades, Arequipa logra 61.55 puntos, que corresponde a un nivel “medio bajo”.

Dentro de los componentes de esta dimensión, si bien Arequipa consigue 80.57 puntos en el Acceso a Educación Superior; en Tolerancia e Inclusión cuenta con solo 40.20 puntos, lo que nos deja en el nivel “muy bajo” y quedamos rezagados en el puesto 22 a nivel país.  Esto denota que la población arequipeña percibe la existencia de marginación y hasta discriminación, ya sea por su origen cultural, racial, lugar de nacimiento y hasta capacidad adquisitiva.

Vivimos equivocados

Frente a este panorama, el sociólogo Marcos Obando, se mostró sorprendido por el performance en progreso social alcanzado por Arequipa. “Este estudio tiene la virtud de evidenciar que no estábamos (tan) bien como pensamos”, afirmó. Por el contrario, dijo, que esta idea de que el buen desempeño económico de la región logrado en los últimos 15 años permitía que la población goce de niveles de vida similares a los de países desarrollados, “era equivocada”.

En esta perspectiva, aclaró “que se debe enseñar a la gente que el bienestar depende de varios factores y no solo de su capacidad adquisitiva”. Aquí, como señala Glenn Arce, la educación sobre cómo orientar el gasto familiar es fundamental. “Si mejora mi condición económica lo primero es mejorar la alimentación, salud y educación, si se prioriza estos sectores tendrás una familia bien nutrida sana y educada. Pero si privilegias la diversión o los placeres distorsionas el sentido del bienestar”, apuntó.

Además cuestionó la existencia de una “perspectiva errada de acceder al bienestar a partir del acceso a bienes de consumo con una idea materialista y eso debe ser desterrado. De lo contrario, seguiremos con estos alarmantes indicadores sociales”, explicó Arce.

A seguir modelo

Marcos Obando y Glenn Arce, también coincidieron en la necesidad de revisar y seguir el modelo de Moquegua y Tacna, que lograron mejores resultados en el Índice de Progreso Social 2016. “Veamos qué es lo mejor que hicieron y si se puede replicar aquí”, opinó Obando. En tanto que Arce fue más puntual, al sostener que “Arequipa debería seguir lo que hizo bien Moquegua al mejorar la Educación y Salud”.

Planificación

Otro aspecto fundamental, agrega Obando, es definir “el modelo de desarrollo que queremos”. En este aspecto, aclaró que la inversión en infraestructura es importante, pero se deja de lado intangibles como la mejora de las condiciones de vida de la población. Toda esta priorización, debería ser parte de un Plan Regional de Desarrollo. “Tal vez exista uno, pero está en un anaquel guardado sin que sea utilizado como la herramienta que dirija y oriente el destino de la región en el mediano y largo plazo”, enfatizó.

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