Las peleas de toros por Miércoles de Ceniza

Entre pitonazos, los astados deleitaron al público con emocionantes encuentros en el estadio de Acequia Alta, en Cayma.

Texto y fotos: Heiner Aparicio Ojeda

El astado “Rubio” ingresa a la arena con la valentía propia del toro de lidia para el duelo con su contrincante “Nevado”.
Los mugidos de los animales son parte de la armonía musical que alegra la tarde.
Los toros son trasladados en camiones hasta el estadio de Acequia Alta, en Cayma.
La emoción de la familia del propietario está a flor de piel, mientras su engreído busca salir victorioso de la lucha.
Los criadores entran jalando al astado con una cabuya (soga), pero a veces el torito prefiere darse un baño de tierra antes de la pelea.
Momento en que el toro “Loco Canas” hace correr a “Diablo”, en una de las mejores peleas de la tarde.
“Nevado” arrincona a “Rubio” en el mejor encuentro del día, pero la victoria finalmente se la llevó el toro “Rubio”.
Los animadores ingresan con sus astados a la vez por esquinas opuestas, jalándolos para poder encararlos e iniciar la contienda.
La tensión es grande. Cuando empieza alguna pelea los dueños, animadores y familiares se arrodillan para alentar al toro y apreciar todos los detalles del encuentro.
Gran emoción embargó a todos cuando el astado, Pequeño Príncipe, ganó el escapulario de la Santísima Cruz de Acequia Alta. Su dueño montado sobre él festejó el momento.
“Palomo” y “Amador” empataron en la pelea de superfondo, en una larga contienda. Por momentos, los astados paralizaron la lucha.
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