Los ‘cachineros’ de la avenida Los Incas, volvieron. Todos usan mascarilla, pero la mayoría la usa mal.
Aquí no hay distanciamiento social que valga. De lo que se trata es de ofrecer y vender la mercadería.
No se cuestiona la iniciativa de búsqueda de un empleo, sino la falta de responsabilidad para ejercerlo en este contexto de pandemia.
La necesidad económica no colisiona con la falta de cuidado de la salud. Las cifras de contagios y fallecidos crecen más día a día, pero aquí eso no parece importar.
Esta es nuestra realidad. Una total falta de cuidado y protección; y mientras no cambiemos, seguiremos llorando la muerte de amigos y familiares.
Los efectivos del orden ya no se hacen problemas. Solo observan y se retiran. El temor al contagio ha limitado su labor.
En las calles adyacentes al mercado San Camilo se colocaron rejas para evitar la presencia de ambulantes, pero ellos no se hicieron problemas. Igual se instalaron.
Algunos comerciantes sí están muy bien protegidos, pero igual se exponen por el trato directo que tienen con el público.
Los niños no son inmunes. También se contagian y pueden propagar el virus a otros adultos. Pero eso parece importarles poco a sus progenitores.
Algunos malentienden que el uso de una mascarilla los hace inmunes al virus y se olvidan de las otras recomendaciones para no exponerse al contagio del COVID-19.
