El show de Caminos del Inca en Arequipa

Después de varios años, los vehículos que participan en el rally más difícil del Perú, llegaron a Arequipa por el sector de Simbral, en Chiguata

Texto y fotos: Heiner Aparicio Ojeda 

El paso del campeón de Caminos del Inca 2024. Eduardo Castro y su copiloto Diego Vallejo dejaron su huella con el polvo en el sector de Simbral, en el distrito de Chiguata.
Desde tempranas horas, los aficionados al mundo de los fierros llegaron a Simbral para observar a los coches del rally.
Don Víctor vive en Cayma pero está aquí porque le encantan los carros. Él llega con sus helados donde nadie más lo hace.
Familias y grupos de amigos llegaron incluso a los cerros cercanos a Simbral. Allí prepararon sus parrillas para disfrutar del mejor rally del Perú.
Padre e hijo caminan buscando el mejor lugar para ver el paso de los bólidos que, después de varios años, volvió por Chiguata.
Esta familia plantó bandera en esta espectacular ubicación. Clavaron la sombrilla y cómodos esperaron para disfrutar de la velocidad a plenitud.
Daniel Quispe fue parte del equipo de auxilio mecánico para el Team Cárdenas. Algún día espera participar del rally peruano. Observó cómodo, con su caja china, el paso de los vehículos.
Raúl Velit y Julio Echazú fueron los primeros en llegar a Simbral, pero quedaron segundos en la general con el tiempo de 16h:00m:51s.6c.
Romel Palomino y Gustavo Medina eran los favoritos para llevarse el certamen, pero quedaron terceros en su Toyota Yaris N5.
Vidal Barrantes y Ademir Huallpa en el Subaru Impreza, quedaron cuartos en la general.
Cada coche que pasaba por las serpenteantes curvas dejaba una cola de polvo a su paso.
Una madre con su niño a la espalda no dudó en caminar un largo tramo para conseguir una vista privilegiada de la carrera.
El poder de los coches. La gran velocidad y la carretera nos dejaron esta imagen donde salpican piedras al paso del vehículo.
Cientos de aficionados se dieron cita para ver el rally. Al paso de cada coche saludaban y alentaban a sus conductores.
Un agricultor que se preparaba para sembrar papa, hizo un alto en su trabajo para –lampa en mano– alentar a los conductores que pasaban por su terreno.
Este coche amarillo tuvo que parar a un costado de la vía para atender un desperfecto mecánico mientras los demás pasaban a toda velocidad.
Algunos espectadores “metieron mano” para poder ayudar a este conductor de Caminos del Inca.
El rostro de Marcos Ascencio lucía tenso y preocupado mientras el equipo de auxilio mecánico reparaba su unidad móvil.
Los vehículos 4×4 fueron la sensación por la velocidad con la que pasaban por el tramo Cusco – Arequipa.
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