Desconfianza en instituciones frena economía latinoamericana

La desconfianza en los servicios públicos está relacionada con la baja calidad en salud y educación.

César Ventura Pizarro

La desconfianza de la población hacia las instituciones públicas, no solo en Perú sino también en el resto de países latinoamericanos, es un impedimento para retomar la senda del crecimiento económico.

Esa fue la conclusión del Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) —que nuestro país aspira integrar— en la presentación del informe: “Perspectivas Económicas de América Latina 2018”, durante la VIII Cumbre de las Américas.

Tres de cada cuatro latinoamericanos tienen poca o ninguna confianza en sus Gobiernos. Además, el 80 % de latinos piensa que la corrupción está extendida a los órganos públicos. No es difícil comprobar esta lectura, luego del destape de los escándalos de corrupción suscitados en diversos países de la región.

Sin embargo, esta percepción también tiene su origen en otros comportamientos socioeconómicos, como:

Clase media

“La expansión de la clase media representa una de las principales transformaciones de tiempos recientes en América Latina”, afirma la OCDE. Mientras que en el 2001 el 21 % de la población era considerada de clase media consolidada, para el 2015 esta cifra alcanzó el 34.5 %.

Esta situación ha generado, según el organismo, un aumento de las expectativas y las exigencias por parte de la sociedad hacia sus Gobiernos. En los últimos diez años, la satisfacción por la atención en los servicios de salud se redujo de 57 a 41 %, y en el caso de la educación, cayó de 63 a 56 %. Es decir, los ciudadanos descontentos aspiran a recibir mejores servicios públicos. Así se explicaría la creciente insatisfacción por la calidad de los servicios públicos.

En concordancia con estas cifras regionales, una reciente encuesta de Datum revela que el 76 % de los peruanos están insatisfechos con los centros médicos públicos y el 63 %, con la infraestructura de los colegios públicos.

Con ese panorama, la OCDE hizo un llamado a los jefes de Estado, reunidos en la cumbre, a “reconectar a las instituciones con los ciudadanos, respondiendo de mejor manera a sus demandas y sus aspiraciones, para fortalecer un modelo de crecimiento inclusivo y sostenible”.

Impulso

Pero no todo fue crítico. Luego de dos años recesivos (2015 y 2016) en toda la región, las expectativas de crecimiento económico ahora son positivas. Al cierre del 2017, Latinoamérica y el Caribe mejoraron su economía en 1.3 %, y para este año se proyecta que puedan llegar a 2.5 %.

“La región está experimentando una recuperación moderada, después de varios años de ralentización de la actividad económica”, señala el informe de la OCDE. Este panorama pudo haber sido mejor si es que la desconfianza en los organismos públicos no llegaba a los niveles ya mostrados.

Además, esta recuperación económica aún es vulnerable y puede ser afectada por factores externos. Para la OCDE, los más impactantes son la incertidumbre política de Estados Unidos y una desaceleración de la economía china mayor a la proyectada hasta el momento.


Trampa del ingreso medio 

La OCDE también advirtió que muchos de los países en la región están cayendo en la ‘trampa del ingreso medio’. Así se denomina el efecto de alcanzar niveles de ingreso medio en la población, lo que trae como consecuencia un estancamiento duradero del crecimiento económico.

“[Estas naciones] crecen rápidamente. Cuando empieza a haber una clase media, se estancan y es muy difícil seguir avanzando; se quedan atorados en tasas de crecimiento bajas, que tienen que ver con la baja productividad”, afirmó Mónica Aspe, presidenta del Centro de Desarrollo de la OCDE. El Perú no es ajeno a esta realidad.

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