El voto de protesta se impuso a nivel regional y ayudó a Cáceres

Javier Ísmodes y Elmer Cáceres definirán la elección regional el próximo 9 de diciembre.

Rolando Vilca Begazo

El primer lugar obtenido por Élmer Cáceres Llica, de Arequipa Unidos por el Gran Cambio, en la elección regional de Arequipa, en opinión de analistas sociales y políticos, responde a un escenario coyuntural que fue muy bien capitalizado por el ex alcalde provincial de Caylloma.

Según Alipio Montes Urday, director de la Escuela de Sociología de la Universidad Nacional de San Agustín, no se puede hablar de un ‘fenómeno político’ —porque no logró el triunfo en primera vuelta—, sino de una persona que a partir de un discurso radical y antisistema logró seducir a un importante sector de la población.

“Arequipa es una región con una presencia andina muy significativa, y Élmer Cáceres supo conectar con ellos y asumió la reivindicación de los sectores populares”, explicó.
Y no solo ello, Cáceres aprovechó la actitud de rechazo de la población hacia los ‘candidatos formales’, como consecuencia del descrédito de la clase política nacional, y “con un discurso contestatario y de rebeldía” buscó representar a los grupos sociales excluidos.

El componente étnico y racial también estuvo presente en su campaña electoral. Recordemos que varios spots que circulaban en las redes sociales y parte de su publicidad destacaban su apellido materno (Llica), como una forma de estrechar lazos con los migrantes andinos del sur del país.

En cuanto a Javier Ísmodes, de Arequipa Transformación, Alipio Montes sostuvo que no supo “acercarse a los sectores populares” y fue visto en este ámbito como “una persona blanquita y estirada”. “Le pasó lo mismo que al candidato presidencial Alfredo Barnechea, que no sintonizó con los sectores populares por esa imagen que proyectaba”, agregó.

Se consolidó

Hay que advertir, sin embargo, que, pese a que Cáceres no había mantenido una vigencia política desde su anterior postulación regional en el 2014, logró cierta consolidación en el electorado. En el 2014, representando al movimiento Vamos Perú, logró 101 707 votos y ahora, hasta el cierre de la presente edición, ha conseguido el respaldo de 130 272 electores.

Lo contrario ocurrió con Javier Ísmodes, que en el 2014, liderando a Arequipa Renace, obtuvo 151 075 votos y en este proceso electoral el apoyo que recibió se redujo a 92 726 electores.

El crecimiento político de Cáceres, de acuerdo con Alipio Montes, no solo se debe a la estrategia de campaña que asumió, sino a que las otras candidaturas (Javier Ísmodes, Alfredo Zegarra y Gustavo Rondón, entre otros) de una u otra forma “eran parecidas” y dispersaron el voto, frente a una alternativa totalmente diferente.

“La mayoría ofrecía, como propuesta de gobierno, un listado de obras como si se tratase de opciones municipales, en lugar de proyectar planes de gobierno de mediano y largo plazo”, cuestionó.

Entre tanto, Cáceres fue contra la corriente y ofreció a los arequipeños las tierras del proyecto Majes Siguas II, la recuperación de la deuda por el pago de las regalías de la minera Cerro Verde y la exigencia de una mayor participación del sector privado en el desarrollo de la región.

Encausó el voto de rechazo

Por su parte, el analista político Carlos Timaná Kure señaló que el respaldo electoral a Élmer Cáceres Llica se debió “al voto de hastío, antisistema y rechazo” de personas cansadas de cómo se hace política en el país y cómo el Estado se muestra ajeno a la atención de las necesidades de las poblaciones con menos recursos económicos.

Timaná también destacó la facilidad de Cáceres para conectarse con los sectores populares y entablar con ellos una relación directa y sin intermediarios, a diferencia de la actuación de otros candidatos. “Hasta el uso del quechua para explicar sus propuestas de gobierno fue distinguido por los electores, más allá de si se puedan o no hacer realidad”, apuntó.

En relación con las denuncias por violación en contra de Élmer Cáceres, Timaná dijo que, por los resultados observados, “no ejercieron presión social alguna en los electores”. De igual parecer fue Alipio Montes, quien afirmó que “no siempre estas denuncias provocan un efecto esperado […]. En todo caso, como ocurrió con Walter Aduviri —electo gobernador regional de Puno— más pesó el voto antisistema para respaldarlo”.

Escenario de la segunda vuelta

Para Carlos Timaná, con estos antecedentes, la segunda vuelta para elegir al sucesor de Yamila Osorio “será muy polarizada”, porque la mayoría de los residentes urbanos podrían apoyar a Javier Ísmodes y, al mismo tiempo, Élmer Cáceres buscará fortalecer su cercanía con las provincias y los sectores populares.

Al respecto, Alipio Montes, si bien dudó de que esta nueva campaña se pueda polarizar debido al desinterés de los electores, advirtió que si Cáceres radicalizaba su discurso político e Ísmodes caía en el error de minimizar el factor racial y étnico, se podría llegar a ese escenario.

Hay que tomar en cuenta además que la mayoría de los votantes de la provincia de Arequipa —que representan el 78 % del total de los electores de la región— son migrantes o descienden de estos, y Cáceres buscará explotar esa representación.

Ya en el 2011, el “Diagnóstico de identidad competitiva y propuesta de desarrollo de la marca para la ciudad de Arequipa” detalló que el 55 % de los residentes de esta urbe no tenían a ninguno de sus padres nacidos en Arequipa. La gran mayoría de los migrantes llegaban de departamentos del sur y un menor número venía de provincias de nuestra región.

Por último, Timaná consideró que para Ísmodes sería más fácil buscar el apoyo de los electores que respaldaron a Alfredo Zegarra y Gustavo Rondón, pero también aclaró que el trasvase de votos no será fácil. Después de todo, la experiencia demuestra que el endose de votos no se aplica en nuestro país.


El dato 

Al cierre de la presente edición, Élmer Cáceres Llica consiguió el 18.51 % de los votos válidos; Javier Ísmodes, el 13.17 %; y Alfredo Zegarra, 12.43 %. Aún se tenían que procesar 77 actas observadas, que fueron derivadas al Jurado Electoral Especial (JEE).
El 21.75 % de los votos emitidos en la elección regional corresponde a los votos en blanco y los nulos. En el 2014, este segmento llegó a 17 %.

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