MBA Patricio Lewis Zúñiga
Docente del Departamento de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Católica San Pablo
Los medicamentos son fundamentales para prevenir y contrarrestar los efectos de distintas enfermedades. Pese a ello, en la región de Arequipa, sólo el 77 % de establecimientos de salud públicos cuenta con una disponibilidad mínima de medicamentos esenciales. Esto ocasiona que los pacientes busquen estos productos en canales alternativos, como farmacias, boticas o clínicas. Se trata de un gasto de bolsillo que, para los hogares de la región, asciende a más de 900 soles al año.
Con esta información, resaltamos que, sólo en los últimos 10 años, las familias arequipeñas han incrementado su gasto de bolsillo en 9 %. Realizando un repaso, en 2019, este gasto fue de 740 soles al año para una familia; en 2020, de 853 soles y, en 2022, de 906 soles. Asumir estos costos, cuya cobertura debería ser facilitada por nuestro sistema de salud pública, está perjudicando a aquella población más vulnerable y en condición de pobreza.
Si observamos a América Latina y el Caribe, en promedio, la participación de los gastos de bolsillo en el presupuesto de salud de las familias es del 34 %, muy por encima del promedio de la OCDE de casi 21 %. Las mayores proporciones de gastos de bolsillo se observan en Venezuela (63 %), seguida de Guatemala (54 %) y Granada (52 %).
Enfermedades crónicas
Un aspecto clave a considerar, es la atención de enfermedades crónicas. Al respecto, para 2022, más del 40 % de la población en Arequipa había reportado que padecía de alguna enfermedad de este tipo. Ejemplos de este grupo son la diabetes, hipertensión, depresión y obesidad. Por lo general, este tipo de enfermedades dura tres meses o más y es posible que pueda empeorar con el tiempo.
Pese a esta situación, en la región, más del 20 % de establecimientos de salud públicos no cuenta con disponibilidad de medicamentos. Esta cifra se contrasta con regiones como Tacna, Apurímac y Moquegua, donde el porcentaje de disponibilidad sube hasta el 98 % en los centros de atención.
La afectación recae, particularmente, en la población más vulnerable. De acuerdo con un estudio realizado por los investigadores Rafael Cortez, Andre Medici y Rucheta Singh (2023), los gastos en medicamentos que afrontan las familias peruanas están marcados por una fuerte desigualdad socioeconómica.
Según refieren, aunque la población con mayores recursos es la que tiene mayores gastos absolutos en medicamentos, el gasto en medicinas de la población en condición de pobreza repercute fuertemente en su presupuesto ante su menor nivel de ingresos.
Conforme a la evidencia mostrada, el gasto en medicamentos para las personas con mayores ingresos representó apenas el 1.5 % de sus ingresos en 2019; mientras que, para las personas con menores recursos, esta cifra subió hasta representar el 10 % de su ingreso.
Emprender iniciativas
Para contrarrestar esta problemática se requiere, en primer lugar, identificar las enfermedades con más prevalencia en la región. En esa línea, según consta en el documento “Carga de enfermedad de la región Arequipa”, elaborado por el Ministerio de Salud (Minsa) con datos que fueron recogidos durante 2018, las enfermedades que generaron mayores pérdidas de años de vida saludables (Avisa) en Arequipa, fueron las cardiovasculares, tumores malignos, y trastornos mentales y del comportamiento. Asimismo, es oportuno considerar la anemia y desnutrición, además de enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes.
Hay que considerar también que la distribución de fármacos involucra a toda una cadena. Esta incluye la identificación de pacientes diagnosticados con la enfermedad, la programación de los productos requeridos, el sistema de compras, el flujo hacia los almacenes, entre otros. Lamentablemente, estos distintos procedimientos no están funcionando de la forma más eficiente. Lo hemos visto durante años y la mayor afectación se traslada a los pacientes que, finalmente, no pueden acceder a los medicamentos necesarios en los hospitales.
Considerando la situación en la que actualmente nos encontramos, es importante orientar los esfuerzos para cubrir el déficit de medicinas que se registra en la región Arequipa y a nivel nacional. Distintos ciudadanos ya denunciaron el desabastecimiento que existe, incluso para enfermedades crónicas como el cáncer. Se debe identificar a aquella población afectada, realizar un seguimiento y que, desde el rol del Estado, se garantice no sólo la compra de los medicamentos, sino también su disponibilidad. Garantizar el acceso a un servicio de salud de calidad, en el largo plazo, impacta en nuestro bienestar como ciudadanos y en el de las futuras generaciones.