Navalny

Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno de la Universidad Católica San Pablo

La versión oficial del gobierno ruso es que el líder opositor Alexei Navalny, murió el viernes 16 de febrero, en una correccional denominada “Lobo polar”, situada en las inmediaciones del círculo polar ártico, uno de los lugares más fríos del planeta.

Navalny fue considerado el opositor más relevante de Vladimir Putin durante la década pasada. Creó la Fundación Anticorrupción para denunciar y movilizar a la ciudadanía frente al fenómeno galopante en ese país y, en 2011, denunció con marchas multitudinarias la comisión de irregularidades en las elecciones legislativas de ese año, por lo que fue a prisión.

En 2013, y tras un proceso judicial que no gozó de todas las garantías, fue hallado culpable de malversación de fondos y condenado a 5 años de prisión, luego fue excarcelado hasta su misterioso envenenamiento en agosto de 2020.

Pudo ser trasladado al Hospital Charité en Berlín, invitado por el gobierno alemán para ser diagnosticado y tratado, confirmándose su envenenamiento. Tras 5 meses en el país teutón regresó a Rusia, donde nuevamente sería procesado por las autoridades. Esta vez su encarcelamiento lo llevaría a la muerte, su cuerpo no ha sido entregado a su viuda, quien ha comenzado una campaña internacional para recuperarlo.

No queda dudas sobre la forma como Vladimir Putin ha tratado y seguirá intimidando a quienes osen oponerse a su poder absoluto en Rusia, el caso de Navalny fue antecedido por el de Yevgueni Prigozhin, fundador del Grupo Wagner. Él intentó traicionar a Putin, luego se arrepintió y tras reunirse con este para amistarse, murió en un accidente aéreo. De nada sirvió la entrevista a Tucker Carlson, ya que Putin sigue siendo el mismo, así intente lavarse la cara.

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