La portada de Exitosa

Renato Sumaria Del Campo
Director del quincenario Encuentro

No solamente hay demagogia en la política, por momentos esta se traslada a la prensa y se expresa en lamentables mentiras que pretenden ser presentadas como investigaciones sesudas, independientes y frontales.

Acaba de pasar con el diario Exitosa y su ‘denuncia’ sobre el supuesto favorecimiento al hijo de la ministra de Educación, Marilú Martens, en la postulación a una de las tantas becas que ofrece el Estado peruano desde hace algunos años.

Según la publicación, Gabriel Eduardo Aguirre Martens habría aprovechado que en el año 2014 su madre formaba parte del gabinete de asesores del Ministerio de Educación para postular a Beca 18, un programa exclusivo para jóvenes de escasos recursos económicos. Exitosa asegura que el muchacho pretendió “hacerse pagar estudios en Harvard por 130 000 dólares con dinero destinado a los más pobres”.

Lo cierto es que Aguirre Martens sí postuló a una beca, aunque fue a la Beca Presidente de la República buscando un posgrado, y no a Beca 18, que es un beneficio para cursar el pregrado. Tampoco lo hizo, hasta donde sabemos, creyendo que mamá le podía hacer un favor. De hecho, no fue seleccionado para la beca a la que se presentó, ya que superaba el monto de ingreso familiar definido por la entidad convocante, que en este caso es el Programa Nacional de Becas (Pronabec).

Quienes todavía defienden la denuncia dicen que luego de esta negativa todos los responsables de las becas fueron dados de baja sistemática y misteriosamente. Debo decir que Marilú Martens me parece una ministra bastante incompetente y que sería justo censurarla, porque mientras anda preocupada en distinguir el sexo del género en el currículo educativo nacional los niños del Cusco están a un paso de perder el año escolar por la prolongada huelga del SUTEP, a la que ‘no dio bola’ durante un mes y cuyas consecuencias ya le explotaron en la cara. Pero eso es una cosa y otra que, como sociedad, avalemos mañoserías periodísticas que vuelven aún más adefesioso el debate nacional.

El periodismo en el Perú está en crisis y eso no es solo culpa de la ley Torres y Torres Lara. Aquí está en cuestión un asunto de virtudes y manejo personal. Porque eso de tener certeza antes de soltar una primicia, buscar información para descubrir la verdad y no trastocar la realidad para no herir dignidades tiene que ver no solo con el ejercicio mismo de la profesión, sino con un sentido de humanidad y bien común bastante básico.

Por eso, voy a dejar por aquí una frase de Ryszard Kapuscinski, y me iré caminando despacito: “…para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias…”.

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