Xiomara Salazar Carpio
Directora del Departamento de Ingeniería Industrial y del Ambiente de la Universidad Católica San Pablo
Cuando hablamos de responsabilidad social, normalmente se nos viene a la cabeza ese conjunto de prácticas que surgen con el propósito de lograr el bienestar social y ambiental, sin descuidar los propios objetivos económicos. Como toda actividad, marcada por la toma de decisiones, puede enseñarse y transmitirse, no sólo desde la actividad organizacional, sino también desde el plano educativo personal.
Por ello, los modelos a seguir ya sean padres, profesores o líderes comunitarios, pueden influir en la percepción y adopción de comportamientos socialmente responsables. Mostrar un compromiso activo con la responsabilidad social puede inspirar a otros a hacer lo mismo.
Es por esa razón que la Universidad puede ser un espacio privilegiado para formar a las personas en su compromiso social responsable. En los campus universitarios, tenemos la oportunidad de no sólo compartir conocimientos especializados, sino también de cultivar los fundamentos para sociedades más justas. Yo lo he comenzado a hacer y me gustaría compartir contigo algunas ideas.
Para fomentar la responsabilidad social entre los estudiantes, es esencial comenzar por cultivar su conciencia social. Anímate a integrar contenidos relacionados con los desafíos sociales, ambientales y éticos en tu propuesta formativa, esto puede contribuir significativamente a este propósito. Al mismo tiempo, intenta propiciar el debate y el pensamiento crítico, invitando a los estudiantes a cuestionar, reflexionar y analizar casos con componentes sociales reales, estimulándolos a investigar para tomar decisiones informadas.
Como la responsabilidad social es una conducta, la aplicación práctica es clave para su entrenamiento. Atrévete a diseñar trabajos y asignaciones creativas que permitan a los estudiantes aplicar el contenido teórico en comunidades reales, medir el impacto y compartir los resultados, esto puede consolidar su comprensión y compromiso.
Otro elemento importante en la formación del compromiso social es la coherencia del propio testimonio. Es fundamental predicar con el ejemplo, por ello actuemos con autenticidad y convicción, ya que los alumnos observan nuestras acciones.
También es importante enseñar que no es necesario ir muy lejos para toparnos con problemas que requieren nuestro compromiso. Centrarse en lo cotidiano y en entornos cercanos, como las aulas, puede revelar oportunidades para abordar problemas sociales.
En ese sentido, conviene incentivar la investigación social y promover la participación en concursos, generando la ocasión para despertar en los jóvenes, la preocupación por temas que afectan a todos y comprometen el futuro de las generaciones posteriores.
En el contexto actual, donde los jóvenes universitarios están inmersos en una cultura del entretenimiento, que origina personas más superficiales y entornos más frívolos; urge la necesidad de introducir de manera creativa, una propuesta educativa de compromiso social. La enseñanza de la responsabilidad social puede tener un impacto positivo en la sociedad, al fomentar un mayor sentido de responsabilidad y conciencia en las personas y organizaciones.
Debemos convertirnos en guías capaces de despertar la generosidad y el pensamiento responsable en los jóvenes, no sólo en su desarrollo profesional, sino también como individuos conscientes de su papel en una sociedad que demanda discernimiento y compromiso con lo verdaderamente significativo.