Fredy Huamán Mamani
Director del Departamento de Ciencias Naturales de la Universidad Católica San Pablo.
Los materiales son, indudablemente, parte del día a día de las personas, si no pensemos en la siguiente situación: imaginemos que el cobre desaparece de un momento a otro. Esto generaría una realidad muy complicada y caótica en todo el mundo ya que, como es bien conocido, el cobre es el material más importante en la industria eléctrica, por su buena conductividad eléctrica y, además, por su costo accesible.
Del mismo modo que en el ejemplo anterior, si desapareciera del mundo todo el cemento, la mayoría de las actividades asociadas al sector construcción sufrirían un importante desplome, debido a que buena parte de este rubro hace uso del referido material.
Hoy, vivimos bajo una clara dependencia en el uso de los materiales, pero por el ritmo de vida que llevamos en la actualidad, no tomamos nota de lo importantes que estos son, y ya no sólo nos referimos a los materiales del día a día, sino a los materiales de ingeniería, que cumplen un papel crucial en el desarrollo de la industria y la tecnología.
Pero uno de los problemas de la actualidad, es que la generación y transformación de estos materiales se han planteado desde conceptos y esquemas de economía lineal, donde no es relevante el impacto medioambiental que estas actividades causan.
Desde esta aproximación, nunca se consideró los problemas que hoy se tienen por la gran cantidad de residuos industriales generados en todo el planeta. Este problema plantea retos que han comenzado a ser abordados desde la perspectiva de la economía circular, que busca, entre otras cosas, el reaprovechamiento de los residuos industriales para convertirlos en materias primas de nuevos procesos industriales.
Para que esto ocurra se necesita avanzar, de forma ordenada y sistemática, en actividades de investigación básica y aplicada, que luego aterrizarán en procesos de desarrollo y escalamiento tecnológico que, finalmente, nos acercarán a un escenario de innovación industrial sostenible.
En el Perú, una importante ruta para llegar a la innovación industrial es la que viene siguiendo y promoviendo el Estado, a través de fondos concursables de Prociencia (Concytec), los cuales han permitido la ejecución de investigaciones muy prometedoras, y que apuntan al desarrollo de tecnologías basadas en ciencia y tecnología de materiales y con fuerte énfasis en la economía circular.
Por ejemplo, actualmente, pertenezco a un grupo de investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales (Citem). Desde 2016, hemos desarrollado proyectos de investigación básica, aplicada y últimamente de desarrollo y escalamiento tecnológico, dirigidos a la validación de tecnologías para transformar residuos mineros (relaves), residuos de la construcción (de demolición) y de la industria maderera, en nuevos productos con valor comercial. Muchos de estos proyectos han sido respaldados por fondos concursables del Estado.
Por ello, creo que comenzar a impulsar una dinámica de investigación que impacte en la trasformación del modo en que se gestionan los residuos, está comenzando a ser un camino tangible para la sustentabilidad, permitiendo soluciones ingeniosas y respetuosas con el medio ambiente.