El juego, ese buen amigo al que le dedicamos poco tiempo

Mónica Sánchez
Educadora

La tecnología es la herramienta nos ha acercado en tiempos de aislamiento social y cuarentena. Pero con todos lo bueno que hemos podido recoger de estos espacios digitales, también se han hecho evidentes sus insuficiencias. Uno de los ámbitos en los que esto se ha hecho evidente es en vincular a los niños con el juego. 

Partamos de la premisa que no es bueno que los niños permanezcan tantas horas en línea. Eso hace que las familias estén en la necesidad de generar espacios de juego que inviten a los niños a expresarse, compartir y generar conexión, estimulando su creatividad, imaginación, fantasía, lectura y análisis de situaciones lúdicas que los lleven a la reflexión, etc.

De cara a este punto, si algo bueno trajo la cuarentena fue devolvernos de golpe al núcleo del familiar para rescatar espacios de encuentro que se encontraban perdidos. Muchos chicos llevan sin salir de casa más de 200 días, todo un récord. Y por más pacientes y obedientes que sean, necesitan moverse, pensar y disfrutar. Está en los adultos que comparten la casa con ellos, llámense padres, abuelos, tíos o primos apoyarlos a generar espacios lúdicos e interrelacionarse en esta experiencia. 

El juego es mágico y va más allá de lo que imaginamos. Permite desarrollar en los niños las funciones ejecutivas, con eso los ayudaremos a pensar antes de actuar. Es fantástico saber que al jugar los niños podrán planificar, organizar, iniciar tareas, controlar el tiempo, ser persistentes, memorizar, ser flexibles, autorregularse, inhibirse y trabajar también la metacognición. ¡Cuánto trabajo en una sola actividad lúdica! 

Todo lo anterior se gana con trabajo y constancia. Los padres deben invertir tiempo en jugar con sus hijos. Incluso los momentos en los que los niños se frustran o se molestan porque pierden o no se juega según sus reglas, son buenos para sacar enseñanzas. No ayuda en nada dejarlo ganar solo porque hace berrinche. Es mejor trabajar la tolerancia a la frustración, tan importante para la vida.

Para terminar, algunas ideas para jugar en casa. “El árbol de los Deseos” es una bonita idea. Se busca en casa un arbolito o una plantita y se pacta en familia el colgar una tarjetita con un deseo por cada integrante. Se puede realizar en fechas especiales (navidad, cumpleaños, etc.) o simplemente fijar un día cualquiera. Lo importante es que todos cumplan con el acuerdo. Este juego brinda la posibilidad que el niño aprenda a pensar qué quiere en positivo. 

Otro juego maravillo es “Eres único y magnífico”. Consiste que la familia coloque por toda la casa mensajes para todos los miembros, diciéndoles lo afortunados que se sienten de tenerlos en su vida. Al encontrar las frases las personas de la familia se sentirán muy especiales. 

¿Ya están listos para jugar en casa? ¡Comiencen ya!

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