¿El gobierno de Dina Boluarte se queda sin aire?

Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno de la Universidad Católica San Pablo

La impopularidad de Dina Boluarte no encuentra techo, según cifras de Datum para El Comercio, alcanzó ya un 92 % en el mes de septiembre y todo parece indicar que podría seguir así la tendencia en los próximos meses.

No se le puede pedir peras al olmo, como dice el refrán, y Dina no cuenta con la preparación necesaria para dirigir las riendas del país. En gobiernos anteriores, como el de Alejandro Toledo, el presidente se supo rodear de un gabinete capaz que permitió suplir sus deficiencias con creces. Otro fue el caso de Ollanta Humala, quien al no poder dirigir el país le entregó las riendas a su mujer y no nos fue tan mal.

Pero Dina está sola, sin partido y sin un gabinete que le asegure la gobernabilidad que requiere. Si bien es claro, no va a salir por el único medio realista que es una vacancia del Congreso, porque los legisladores la necesitan, por lo menos hasta julio de 2025. La presión se ha decantado por la alternativa de forzar su renuncia, alegando su alto nivel de desaprobación y la falta de atención para brindar soluciones a la inseguridad que azota a Lima.

Pero Dina sabe que, por su bien, la renuncia no es una opción. No quiere y por otro lado no le conviene hacerlo; con un Ministerio Público que sigue de cerca sus pasos, lo que más necesita es ganar tiempo para su defensa, sobre todo ante las muertes durante las manifestaciones violentas de 2022. Adicionalmente, hay dos entregas de infraestructura importantes que podrían oxigenar su imagen: la inauguración del puerto de Chancay y la entrega del nuevo aeropuerto de Lima. Así las cosas, amanecerá y veremos.

Salir de la versión móvil