Economía para no economistas

Guillermo Fernández del Carpio
Economista – Investigador

Los libros han atribuido a la economía el rol de ciencia que estudia el uso eficiente de los recursos escasos. Pero hay un problema con esto: la escasez de los bienes nunca ha sido absoluta. ¿Acaso el oro no abundaba en la época de la conquista? Hoy día, los productos tecnológicos —con toda su diversidad—, ¿son escasos? ¿No abundaban los libros en la época medieval? ¿Es escasa hoy la información virtual?

La palabra escasez, por tanto, no define la verdadera economía ni al verdadero economista. Es una palabra mal atribuida y un error de la historia seguir empleándola para conceptuar esta ciencia. La escasez es un problema que la economía enfrenta como tantos otros: la pobreza, la inflación, el desempleo, la reducción de la producción nacional, etcétera. Los no economistas hicieron de la escasez la palabra principal para referirse a la oikonomia griega.

Otra aproximación errónea es que el economista, basándose en todas las teorías y las conjeturas hasta ahora escritas, debe buscar maximizar utilidades y reducir costos. Este principio es de origen smithiano y, por lo tanto, liberal.

Con este pensamiento, la economía sería la ciencia del dinero y carecería de todo lo social y lo humano. Las utilidades son un objetivo como lo es la reducción de costos, pero no es la parte esencial del oeconomus, porque el dinero —cuya creación data de la época mercantilista—, es un medio necesario, mas no es el destino de esta ciencia.

Hasta aquí, he refutado, estimado lector, el término ‘escasez’ y el término ‘utilidad’. Los modelos del libre mercado y el socialismo son doctrinas que con el paso del tiempo van demostrando incoherencias y un deficiente desenlace de sus principios. Nunca ha existido
un país de libre mercado absoluto. La oferta y demanda no es una ley, es una propuesta que se cumple parcialmente, haciendo que los diversos agentes económicos se rijan por ella. Esta es una de las causas de la preocupante desigualdad que existe, medida en un coeficiente de Gini.

¿Dónde está entonces la economía?, en el hombre y en Quien creó al hombre. Algunos griegos ya la conceptuaban como ciencia, pues lo es. ¿Qué pretende?, el bienestar. Pero no un bienestar de dinero como fin, sino que el homine, a través del oeconomus, sea mejor para sí mismo y otros homines. Los que pretenden esto son los economistas necesarios para que el oikos desarrollado nos muestre a un hombre mejor.

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