Cuidadito con lo que dices

Clara Vásquez–Caicedo Nogales
Abogada. Consultora en procesos y gestión del cambio.

“Decían y especulaban: ‘está deprimida’. ¿Depresión? ¡No me conocen! ¡Jamás! Eso es para los perdedores. Y yo no me siento perdedora”.
Keiko Fujimori.

¿Por qué está mal lo que dijo Keiko Fujimori?
Está mal porque tiene la responsabilidad de ser líder de opinión, de encabezar la oposición con un grupo de seguidores que creen y apoyan lo que dice, que confían en su criterio para expresarse.

Es su deber tener certeza de las palabras que utiliza y prudencia para decirlas, pero también contar con una estrategia por cada pronunciamiento, más aun cuando hace su reaparición meses después de haber perdido las elecciones presidenciales.

Está mal porque la depresión es una enfermedad mental padecida por miles de peruanos. Muchísimas personas que sufren estas patologías son objeto de discriminación, burla, insultos e indiferencia.

Está mal porque el fujimorista que la escucha hablar y que está deprimido —aclaremos que la depresión no es estar “bajoneado”, “tristón”, “nostálgico”, “apagado” o “desanimado”— siente que es un perdedor.

Está mal porque les da, a quienes no la quieren, a quienes no le creen y hasta a quienes fomentan odio contra ella, argumentos para exponer sus errores. Está mal porque azuza esta danza tonta en la que una parte de la sociedad ha caído desde hace varios años y que consiste es hablar del error del contrincante con insultos y burlas, generando respuestas también con insultos y burlas, dejándonos esa confrontación inútil que saca a flote la ignorancia en ambos extremos.

Finalmente, está mal porque, si bien en medio de la emoción de un discurso espontáneo puedes darte algunas licencias, también es importante —mientras se habla— darse cuenta de lo que uno dice. Y rectificar. Entonces aclaras lo que es la depresión en realidad y afirmas más bien que no te sientes perdedora porque, a pesar de haber sido derrotada no estás desconsolada, o desorientada o sin rumbo, sino que has aprendido etc., etc., etc.

En medio de todo, el gran problema es que Keiko no puede reconocer que cometió un error. No decir “me equivoqué, ha sido una ligereza usar el término” es no ayudar a enseñarnos a todos los peruanos la empatía y comprensión que debemos tener con quienes sufren una enfermedad.

No es buscar ser políticamente correcto, es tener sentido común, porque “estar depre”, en verdad, es tener una enfermedad que se vive en soledad y debe ser comprendida en su real dimensión.

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