El fútbol es un motor de cambio social

“Si el fútbol puede paralizar guerras, puede cambiar vidas”, señaló exdirectivo de la FPF, durante Universitas 2022

Melgar de Arequipa es, hoy por hoy, el mejor equipo del fútbol peruano. Foto: Andina.

Redacción

El FBC Melgar, el equipo de Arequipa, acaba de ganar el torneo apertura del fútbol peruano, esto a pocas semanas de la derrota de la Selección que nos dejó fuera del mundial de Qatar 2022. Dos resultados distintos, pero que hacen prudente analizar el impacto del deporte rey en nuestras vidas. Desde el fútbol y el deporte en general, ¿se puede lograr una sociedad con mejores personas?

Expertos en el tema, convocados por la Universidad San Pablo como Guillermo Ackermann Menacho, exdirectivo de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) y Alexandre Borges, licenciado en Pedagogía y autor del libro Deporte y compromiso cristiano, responden a la interrogante con un rotundo “sí”.

Ambos participaron del conversatorio El fútbol como motor del cambio social, organizado por la Universidad Católica San Pablo en el marco de Universitas 2022, el evento universitario, académico y cultural más importante del sur del país.

Motor del cambio social

Cuando Fatma Samoura, reconocida funcionaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se convirtió en la primera mujer en ocupar la Secretaría General de la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) en junio de 2016, le preguntaron por qué había cambiado una trayectoria impecable de 21 años para liderar una entidad sumida —hasta ese momento— en uno de los mayores escándalos de corrupción (FIFA Gate), tuvo una respuesta inesperada.

“Mi país [Senegal] vive una continua guerra que solo se detiene en dos momentos, cuando hay inundaciones por las lluvias y cuando mi país juega fútbol”, dijo contundente. Guillermo Ackerman, recuerda aquella respuesta y concluye que “si el fútbol puede paralizar guerras, puede cambiar vidas”.

A esta primera reflexión, el exdirectivo de la FPF, suma una serie de aportes que genera el deporte, especialmente el fútbol orientado positivamente. “Es una potente herramienta formadora y de transformación social, un gran instrumento educativo y formativo que genera disciplina, involucra el trabajo en equipo, educa en la tolerancia y en aceptar la derrota, aceptar al otro e incentiva el afán de superación y ayuda a controlar la agresividad”, señala.

En esa línea, pregunta “¿cómo sería nuestra sociedad si todos hubiésemos practicado deporte desde chicos?” y por eso cuestiona la falta de políticas deportivas en el país. Refiere que, un primer paso para educar en el deporte a nuestras nuevas generaciones, es retomar la educación física en todos los colegios; considera que hay deportes base como el atletismo o el vóley y que deben marcar el inicio de la vida deportiva de cualquier persona.

Fútbol humanizado

Alexandre Borges, hace hincapié en el “fútbol más humano”, como camino de desarrollo de la persona. “Hablamos de la responsabilidad social del fútbol que promueva el respeto e igualdad y construya la fraternidad”, refiere.

No obstante, el docente expone la problemática de violencia creada en torno al balompié. Pone como ejemplo a las barras bravas. “Es cierto que hay un doble filo en todo esto, hay gracia y pecado, virtud y defecto; sin embargo, el fútbol verdadero y realmente humanizador, tiene mucho que aportar. Siempre habrá riesgo, pero el beneficio es superior”, comenta. Dijo que no en vano hay más países afiliados a la FIFA que a la ONU.

La mejor hinchada

Al respecto, Guillermo Ackermann, pone como ejemplo el caso de “La mejor hinchada del mundo”, un galardón que obtuvo el pueblo peruano durante el mundial en Rusia 2018. El exdirectivo revela que ese fue un trabajo tejido desde la FPF, al mando del técnico Ricardo Gareca.

Señala que, inicialmente se convocó a los integrantes de diferentes barras del país, incluyendo las denominadas ‘barras bravas’. Se identificó a los posibles líderes y con ellos trabajaron y transformaron positivamente la pasión por el fútbol desde las tribunas y las calles.

“Trabajaron en fomentar la integración y la identidad, para ello comenzaron cantando el himno nacional en todos los partidos del torneo local, una práctica dejada de lado por muchos años y los resultados se sienten ahora. Cada vez que Perú juega en cualquier parte del mundo, el peruano se siente identificado. Se construyó fraternidad e integración en torno a este deporte”, comenta.

Recuerda que el verdadero cambio debe basarse en cuatro pilares impresos en el Plan Centenario 2022. Este apunta al trabajo con menores a través de centros de alto rendimiento, dando fuerza a más deportes, entre ellos el fútbol femenino; la profesionalización de clubes donde preparen a entrenadores y preparadores físicos; mejorar la infraestructura deportiva y establecer al deporte como pilar institucional del desarrollo de la persona.

Borges, finalmente, recuerda que el fútbol como cualquier deporte, es un símil de la vida, “simple y complejo a la vez”, donde no necesariamente destaca el que tiene talento, sino el que persevera. “La vida es un esfuerzo, una competencia de riesgo, es una carrera, es una esperanza a la meta final, una meta que trasciende la vida común”.

El conversatorio completo puede ser visto AQUÍ.  

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