Los alcaldes no colaboran en forma integral con la policía

El coronel PNP (r) Fredy Zegarra Black fue jefe de la Región Policial de Arequipa en el 2017. Además, cuenta con una maestría en Gestión Pública.

Rolando Vilca Begazo

Desde su experiencia como jefe regional de la Policía, ¿Arequipa es una ciudad segura o insegura?
Arequipa es una ciudad segura. No podemos decir que se ha erradicado la delincuencia o que no ocurrirán más hechos delictivos, como en toda ciudad, pero hay que tener en consideración la cantidad de habitantes y el flujo económico que se presenta. Definitivamente, hay una migración de la delincuencia a esta ciudad, pero también allí está el accionar de las autoridades.

Si Arequipa es segura, ¿por qué la percepción de inseguridad entre la población supera el 91 %, según el último informe técnico de seguridad ciudadana del INEI?
El problema es si este indicador aumenta. En un año bajó cerca de tres puntos, eso revela que hicimos una labor productiva. Hay un trabajo permanente que hace la policía en coordinación con algunas municipalidades que sí ponen el 100 % de su logística para mejorar la seguridad ciudadana.

¿Qué factores contribuyen para que la población mantenga este temor a sufrir algún hecho delictivo?
Los delitos menores que afectan al poblador común y corriente son el arrebato del celular, el robo de la cartera y los hurtos en los domicilios. Esos son los tres hechos que preocupan más al ciudadano. No engloban todo el tema de seguridad ciudadana, que incluye la presencia de bandas organizadas, homicidios, secuestros y sicariato, cosas que no se dan en la ciudad. Lo que sí ocurre es el robo menor, y eso causa zozobra al poblador.

Otro aspecto que llama la atención es que uno de cada cuatro ciudadanos es víctima de un hecho delictivo, y eso también genera este pánico.
Es cierto, pero en comparación con la cantidad de habitantes y el movimiento económico, esto es menor. Sí se dan hechos delictuosos, pero también todos debemos tomar nuestras medidas de prevención. Por ejemplo, no puede ser que una ciudadana haga un retiro de 235 000 soles en efectivo, como ocurrió la semana pasada. Ese tipo de movimientos no se puede hacer porque se exponen a un asalto.

Si tomamos medidas de seguridad en ese aspecto para evitar estos movimientos de dinero, si en nuestro barrio nos organizamos en juntas vecinales y somos solidarios entre los vecinos para avisarnos cuando salgan de casa y demos una mirada a su vivienda… Hay medidas de prevención que ayudan a reducir la comisión de hechos delictuosos y, por ende, a mejorar la sensación de seguridad en nuestro barrio.

También preocupa la falta de confianza de la población en la Policía Nacional, ¿cómo se puede revertir esa realidad?
Es cierto, existe esa desconfianza. Pero la población no puede dejar de reconocer el trabajo de la policía para brindar esa confianza y la seguridad que requiere. Para eso necesitamos que el poblador formule sus denuncias [de hechos delictivos], de tal manera que a través del mapa del delito podamos identificar los lugares con más casos. La delincuencia siempre va a migrar a lugares donde no haya presencia policial.

¿Qué otras estrategias puede asumir la Policía Nacional?
La colaboración y la participación de todos: autoridades, policía nacional y la misma población. Esto significa comprometerse, porque lo que suele ocurrir es que no nos interesa el problema de los demás. Con que esté seguro en mi casa, con rejas y cámaras de vigilancia, el resto no me interesa. No nos preocupamos por el bienestar común y ese es el principal problema que debemos superar, que todos nos comprometamos a la seguridad, además de cumplir las normas y las disposiciones para permitir que la Policía Nacional cumpla con su trabajo.

Protagonismo político

¿Las autoridades municipales, que son las más cercanas a la población, contribuyen a la seguridad ciudadana?
Allí se debe trabajar más en fortalecer la participación de las municipalidades, porque lamentablemente sigue existiendo el protagonismo político. Las municipalidades no participan en forma integral con la Policía Nacional. La Ley del Sistema de Seguridad Ciudadana n.° 27933 establece que quien preside el comité regional, el provincial o el distrital es la máxima autoridad política. A nivel distrital, es el alcalde quien debe poner a disposición [de la policía] todos los recursos humanos y logísticos, como los serenos y los patrulleros, para que salgan a patrullar en forma integrada con la policía.

¿Y en la práctica, se cumple con ello?
No, porque lamentablemente del total de vehículos destinados para el serenazgo solo el 50 % se pone a disposición de la policía, y por algunas horas el resto está orientado a otras actividades.

Es decir, ¿el patrullaje integrado no funciona?
No se da al 100 %. Si se trabajara como está estipulado en la ley, funcionaría, porque los recursos humanos y logísticos de la policía más los de la municipalidad permitirían un mayor radio de acción en los distritos para zonificar la intervención y brindar un mejor control. Pero, lamentablemente, eso no ocurre.

¿Por qué no ceden los alcaldes esta capacidad operativa a la policía? ¿Es por celo o por ese protagonismo político que usted menciona?
Las dos cosas se dan. Ellos quieren ser los ‘precursores’ de dar seguridad a sus distritos, pero no lo pueden lograr porque les falta la autoridad, la capacidad y la formación profesional que tiene la policía. El personal de serenazgo no tiene la formación profesional ni la autoridad para intervenir. Si nos integramos en un mismo cuerpo, tendremos una respuesta inmediata y el poblador percibirá esa actuación efectiva.

¿En el caso de la gestión del ex alcalde provincial, Alfredo Zegarra, se involucró con la seguridad ciudadana? ¿Contribuyó con el trabajo que desarrolló la policía?
De manera mensual se cumplía con las reuniones de seguridad ciudadana, pero funcionaba unos días y otros no, por diferentes razones, y no era posible que los patrulleros que brindaban para que la policía salga a patrullar pudieran hacerlo todos los días. No se daba de manera permanente y continuada. El patrullaje integrado debe ser un trabajo permanente y no solo por momentos. Eso falla en casi todos los distritos.

Otro tema es el de incrementar la instalación de cámaras de videovigilancia. La experiencia nos enseña que en muchos casos estos dispositivos estaban inoperativos en un 50 %. Eso es una deficiencia en el tema de seguridad. La instalación de cámaras en puntos críticos y lugares de mayor incidencia delictiva permitirán a la policía dar una respuesta inmediata. No necesitamos un policía en cada cuadra, sino cámaras que permitan esta intervención oportuna.

¿Cómo observa la priorización de la inversión de los municipios en seguridad ciudadana?
Lo que vemos más son las obras públicas, cuando es necesario que se destinen mayores presupuestos a seguridad. Si revisamos las estadísticas de los principales problemas que aquejan al ciudadano, en segundo lugar está la delincuencia. Hace diez años la primera preocupación era la delincuencia, ahora por nuestra coyuntura la principal es la corrupción. Aun así, esto revela que es allí donde debe ir un mayor presupuesto.

En este escenario electoral, ¿qué deberían proponer los candidatos municipales y los regionales en sus planes de gobierno con respecto a la seguridad ciudadana?
Establecer alianzas estratégicas y políticas de acción coordinadas entre el gobierno regional, la municipalidad provincial y el municipio distrital, de tal manera que las tres instituciones tengan los mismos objetivos y metas. Que ofrezcan un apoyo incondicional [a la policía] para mejorar la seguridad ciudadana, sin ver algún tema político. Deben trabajar integrados; separados no se logra nada. Cuando el poblador vea que se invierte en más cámaras de videovigilancia y funciona el patrullaje integrado, confiará más en sus autoridades.

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