Deysi Pari
El panorama político en Puno se vislumbra altamente complejo y polarizado de cara al próximo proceso electoral de 2026.
Lo ocurrido la semana pasada con el aspirante a la presidencia del país, Phillip Butters, evidencia el malestar y rechazo hacia los candidatos que previamente descalificaron las protestas ocurridas entre diciembre de 2022 e inicios de 2023. En Juliaca, el descontento es mayúsculo, pues 18 personas –entre ellas menores de edad– fallecieron en un solo día (9 de enero de 2023), producto de la represión ejercida por la Policía Nacional.
Raúl Samillán Sanga, presidente de la Asociación de Mártires y Víctimas del 9 de enero Juliaca, señaló a Encuentro que tienen identificados a todos aquellos que, en su momento, justificaron el accionar de la policía y el Ejecutivo, encabezado en ese entonces por Dina Boluarte.
“Todos esos personajes que en ese momento nos dieron la espalda, van a tener el mismo rechazo, el sentir de las familiares y la población”, señaló Samillán.
Además, mencionó que los términos que esos personajes –ahora candidatos– utilizaron en su contra, causaron daño psicológico y moral a los deudos. “No lo podemos olvidar, por dignidad”, afirmó.
Malestar popular proviene de un proceso histórico
Alejandro Estenós Loayza, docente del Departamento de Humanidades de la Universidad Católica San Pablo, analizó este complejo contexto y afirmó que la base del malestar popular de la población surandina es legítima y proviene de un proceso histórico de largo aliento.
Este problema, asevera, se remonta incluso a la época republicana, donde las élites ilustradas “querían un país incorporado a Occidente y despreciaban o renegaban de la cultura popular y sus tradiciones”. Por ello, incidió en que es importante analizar este elemento histórico.
El también especialista en análisis de la realidad peruana, manifestó que es poco prudente que las organizaciones políticas, en medio del contexto complejo que atraviesa el país, desvirtúen cualquier movilización popular por una supuesta infiltración de otras motivaciones políticas destructivas. “Es una torpeza política gigantesca”, refirió.
“Ahora cuando quieren aproximarse a estas bases populares, claramente se evidencia que están heridas y resentidas”, explicó.
Los actuales congresistas también carecen de respaldo
Raúl Samillán señaló que incluso los actuales congresistas que representan a la región Puno intentaron congraciarse con la población a través de propuestas como la creación de una serie de universidades, pero no consiguieron el reconocimiento popular. “Son universidades fantasma que han creado solamente en el papel”, describió.
El docente Alejandro Estenós explicó que la dificultad electoral en Puno también se explica por el colapso de los partidos políticos de alcance nacional (como Acción Popular o Izquierda Unida), que desde el año 2000 prácticamente desaparecieron.
Esta situación generó un predominio de los movimientos regionales. Sin embargo, estas organizaciones profundizaron la fragmentación política al incorporar cada vez más “acentos étnicos” a su discurso, lo que repercute en una mayor posibilidad de conflicto.
Panorama político fragmentado
El escenario electoral se presenta fragmentado y, de acuerdo al análisis del docente, se manifestará en dos planos: por un lado, el clásico conflicto entre las provincias versus Lima; y por otro, de manera interna, dentro de la misma región surandina, incluyendo Puno.
El analista advirtió que, como resultado, las futuras autoridades elegidas carecerán de “la suficiente legitimidad para construir consensos”. Las elecciones tienden a resolverse no por afinidad política, sino “por oposiciones o porque no me queda otra opción”.
Como salida a esta polarización política, Estenós propuso la urgencia de encaminar un proyecto cultural que apueste por lo que une al país, en lugar de hacer énfasis en las diferencias.