“La izquierda peruana desarrolló un estilo sectario y poco unitario”

¿La elección de Verónika Mendoza como candidata presidencial por el Frente Amplio, podría aglutinar a las demás organizaciones de izquierda del país?
Lamentablemente no creo que ocurra esto.

¿Por qué?
Un gran problema que tiene la izquierda es su origen fundacional. La izquierda peruana tiene distintas vertientes y en todas ellas se desarrolló un estilo sectario y poco unitario. Es por eso, que resulta muy complejo generar una alianza sólida y fuerte. El único intento serio que hubo fue el de Izquierda Unida, bajo el liderazgo de Alfonso Barrantes. Y esta es la paradoja, este es el cariz que está en las diez o más agrupaciones de izquierda del país. Cada una quiere liderar el proceso y eso hace imposible armar un partido sólido, fuerte y con programa.

Y esto, a pesar de que el contexto social favorece a los partidos de izquierda.
Así es, el Perú y América Latina, en los últimos años, están inclinados a las propuestas de izquierda y todos los candidatos se dieron cuenta de eso. Fíjese (Alberto) Fujimori gana con un discurso izquierdista, (Alejandro) Toledo con un mensaje de centro – izquierda, (Alan) García con una propuesta de izquierda democrática y, ni hablar de (Ollanta) Humala. Todos hacen propaganda con la izquierda y terminan gobernando con planteamientos de derecha; parafraseando a (Eduardo) Galeano: el poder al igual que el violín se toma con la izquierda y se toca con la derecha.

¿El problema de fondo no es un tema ideológico?
No, más que ideológico es un problema de estilo de organización que se fue formando y está muy arraigado. La mejor prueba de ello es que (Ollanta) Humala articula a un grupo importante de izquierda pero apenas hay conflictos internos en el Parlamento se origina un desbande. El problema son los protagonismos y sectarismos en la organización, en quién conduce qué. En última instancia, diría, en el reparto de la torta.

Este Frente Amplio, del cual es parte el movimiento Tierra y Libertad de Marco Arana, que participó en las protestas de Conga y recientemente en contra de Tía María ¿qué alternativa ofrece dentro de todo este espectro de la izquierda?
Marco Arana, en realidad está moderando su posición. De la extrema izquierda se está inclinando hacia la centro-izquierda, antes negaba a la minería pero ahora cambió y acepta que sí podría ir de manera responsable, esto lo dejó claro en su presentación en la Convención Minera. Ahora, creo que es un gesto interesante el de Arana, Verónika y otras personalidades, de hacer un esfuerzo para tomar la decisión final de quién lidera este grupo. Creo que este podría ser una solución o medio para integrar a la izquierda, pero antes de eso deberían ponerse de acuerdo en el programa que piensan dirigir. Lo más difícil será en la distribución de las candidaturas.

Un eventual liderazgo de Verónika Mendoza, al frente de todas las organizaciones de izquierda, ¿tendría una posibilidad importante en el escenario electoral?
Puede tener una posibilidad interesante, pero veo muy difícil que pueda ganar por su situación personal. No creo que pueda tener mucho respaldo en gente ligada a la Iglesia, incluso hacia la izquierda con ideologías conservadoras. Ese es uno de los problemas mayores que tiene que afrontar.

Al margen que también se le cuestiona su falta de experiencia en la gestión pública.
Pero ninguno de los anteriores candidatos tuvo esta experiencia. Mira (Ollanta) Humala, solo tenía experiencia como militar y aun así supo articular las propuestas de algunos grupos de izquierda y vender en la población su discurso izquierdista que lo llevó al poder. Pero cuando pasa a la segunda vuelta se da cuenta que su discurso era muy radical y saca la Hoja de Ruta para asumir una posición de centro izquierda. Por eso, no sorprende (ahora) que la misma Keiko Fujimori muestre simpatía hacia la izquierda y reconozca, aunque no de manera sincera, como válido el informe de la Comisión de la Verdad. Ella misma se dio cuenta que tiene que hacer un esfuerzo por levantar banderas de izquierda para captar los votos de ese sector.

Hay otro frente que busca reunir a organizaciones como Ciudadanos por el Cambio, que en algún momento fue la base intelectual de Nacionalismo; Fuerza Social de Susana Villarán; Patria Roja; el Partido Comunista Peruano, y Democracia Directa creado por los ex fonavistas. ¿Este frente qué posibilidades puede tener como otra alternativa de izquierda?
Lo veo más interesante que el grupo anterior, pero todo dependerá de los gestos de desprendimiento que puedan articularse en un movimiento importante. Incluso, deberían tender puentes para que el Frente Amplio se sume y allí, el ex consejero nacional de la magistratura Gonzalo García (Núñez), con una posición un tanto al centro podría aglutinar a varios sectores de la izquierda.
Puede ser una propuesta interesante, pero repito dependerá mucho de la voluntad de los líderes de estas agrupaciones para integrarse en un solo movimiento.

Algo que se cuestiona siempre a las organizaciones de izquierda es su posición radicalista, sectaria y antisistema. Entre estos dos frentes ¿cuál ofrece un mayor riesgo sobre esta postura?
Creo que en ambos casos hay una posición radical. El Frente Amplio tiene a Mendoza con una posición más moderada y a Arana como más radical, pero ni siquiera en el sentido de la izquierda clásica, sino en posiciones ambientalistas, con planteamientos que se oponen a la inversión, aunque en este punto está cambiado. Igual (ocurre) en el otro grupo, donde está Patria Roja con posturas muy radicales y en cuyo interior tampoco hay una posición homogénea, allí aún hay grupos que casi como Sendero Luminoso apuestan a salidas violentistas.

Este panorama no es de ideología, sino de cómo estos grupos dejan de lado su protagonismo y articulan una propuesta que los una. Ahora, pueden formar un solo frente pero al momento de repartir los cargos van saltar los males.

Este es el problema frecuente, solo se logran coincidencias programáticas en coyunturas electorales que luego son muy difíciles de sostener cuando se llega al gobierno, y la mejor muestra es lo que ocurre con la actual gestión de Humala.
Claro, ese es el problema, porque no son grupos que se forman sobre la base de una ideología, sino que se articulan solo con fines electorales y el objetivo principal es ganar la mayor parte del espacio posible. Otro aspecto que aclarar es que los dos momentos en que la izquierda logra mayor cohesión fueron precisamente cuando tuvo líderes que levantaron banderas populares y que de alguna manera ganaron un espacio en la población que obligó a las elites de izquierda a articularse con ellos. Me refiero a Alfonso Barrantes y al mismo Ollanta Humala. Por eso insisto, en el país se gana las elecciones con un discurso de izquierda, pero se gobierna con un programa de derecha.

¿Y en este momento se tiene un líder popular, por así decirlo, que sea capaz de obligar a las élites de izquierda a articularse con él?
No lo veo. De alguna manera Verónika Mendoza intenta ocupar este espacio, Gonzalo García puede ser otra buena alternativa para aglutinar organizaciones.

Gonzalo García tiene una imagen en el sector académico y democrático, pero no en el sector popular, lo cual es más difícil de conseguir.
Así es y Humala lo logró porque contaba con el activo de que, entre comillas, se opuso a la dictadura con el levantamiento de Locumba y además, contó con una mujer como Nadine (Heredia) con mucho carisma y que lideraba algunos grupos como activista.
En este país mucho depende de la sintonía personal que genera el candidato y éste es el problema de la izquierda. Puede haber muy buenos académicos e intelectuales, pero no tienen la empatía necesaria para llegar a la población.

Dicho esto, el escenario electoral es propicio para un outsider o uno de los candidatos que están en carrera.
Nada es imposible en las condiciones políticas del país y con un electorado que no es consciente de votar por programas sino solo por adhesiones personales. Puede ocurrir lo que pasó en las últimas elecciones. Dependerá mucho de cómo los actuales candidatos aprovechan el descontento que hay en el programa de gobierno.

Nos guste o no, la izquierda tiene por lo menos un 35% como voto seguro en el país al igual que ocurre con las fujimoristas con su votación sólida, sin embargo si no hay un candidato adecuado este segmento podría respaldar a quien se presente como de centro izquierda y aunque no lo sea. Esto ya estaría dando resultados con Kuczynski, que se considera un socialista, lo cual es una exageración muy burda por todo lo que es.

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