Empatía: para comprender a los demás

La empatía es una habilidad de la Inteligencia Emocional que según la psicología evolutiva se puede observar desde los recién nacidos, como por ejemplo, cuando se sienten afectados por el llanto de otro niño. Fue en 1909 que se acuñó el término empatía, valiéndose de la etimología griega empatheia que significa “sentir dentro”, es decir, contar con la capacidad de percibir la experiencia subjetiva de otra persona.

Empatía es conectar con los sentimientos de otra persona para entender lo que le está pasando o pueda estar sintiendo, y con ello pueda darse una verdadera comunicación.
Desafortunadamente, como ya dijimos en un artículo anterior —sobre el mismo tema y en este mismo periódico— (ver Encuentro 162), con el avance de la tecnología “la empatía ha pasado a ser una habilidad que se está dejando de lado. No es tomada muy en cuenta porque se le confunde con la ‘sensiblería’.

Sus detractores afirman que detenerse en ella es una pérdida de tiempo, sin embargo, en la actualidad existen tratamientos basados en empatía en lugares destinados a la rehabilitación de personas como por ejemplo las cárceles”. En Estados Unidos, por ejemplo, ya se está tomando en cuenta el desarrollo de la empatía como parte importante del programa de rehabilitación y reinserción a la sociedad de los presos. Es decir, más que sólo privarlos de su libertad se percibe que con el desarrollo de esta habilidad se lograría, en cierta medida, una reforma de la persona de manera integral.

Es más, me atrevo a señalar que la empatía puede constituir un elemento de prevención. Pienso eso cuando veo noticias sobre actos delictivos. También cuando escucho la indignación de las personas. Ante ello me es inevitable preguntarme qué hubiera pasado si el atacante —en algún momento— se hubiera hecho consciente de que el ataque perpetrado o por perpetrar iba a ocasionar mucho dolor a otro ser humano. Probablemente no lo hubiera atacado.

Es así como las personas que carecen de empatía pueden cometer actos repugnantes ya que son incapaces de experimentar el sentir de la otra persona, pero si fuera tomada en cuenta, aportaría para disminuir los actos delictivos. Otro importante escenario es el laboral. Aquí la empatía es imprescindible pues evita conflictos y gente desmotivada en la empresa. Las personas solemos expresar más a través del lenguaje no verbal (señas y gestos) lo que no podemos expresar en palabras, y es allí donde debemos enfocarnos para captar correctamente el mensaje que nos quiere dar el trabajador, compañero, jefe o cliente, según sea el caso.

No olvide que cuando hay incoherencia entre lo que se dice y se hace, se da más importancia a lo que se hace. Entonces para una buena convivencia es importante tener la capacidad de comprender y captar las emociones de las demás personas a través de la empatía. El ser humano se despliega naturalmente en un ámbito social y por ende tiene la necesidad de sentirse escuchado y valorado. Cuando no lo logra sobreviene una frustración que no se controla hasta sentirse escuchado.

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