A pesar de Trump, la dominación mundial de China es irreversible

Consultor económico y financiero advierte de cambios inminentes a nivel global

José Gonzales es arequipeño y radica en Estados Unidos desde hace 39 años. Es socio y director de GCG Advisors, una firma de banca de inversión especializada en finanzas corporativas, con presencia en Nueva York, Caracas y Panamá.

“Nos estamos realineando en esta nueva dinámica global y, además, por la influencia de la tecnología”.

Rolando Vilca Begazo

Más allá de lo que el presidente norteamericano, Donald Trump, pueda hacer para frenar el dominio económico de China a nivel mundial, en opinión del consultor económico y financiero José Gonzales, el siglo XXI será del trasvase de la hegemonía norteamericana a la hegemonía china.

¿Cómo está el mundo económicamente hablando en este momento?

Tenemos una consolidación de la globalización y eso está generando los conflictos en términos políticos, así como la insurgencia de nuevos nacionalismos de lo que se llama la política de la identidad, y eso coincide con una desaceleración global en las economías desarrolladas. Las economías desarrolladas han llegado a su pico en términos de expansión, fundamentalmente, por temas demográficos, y no crecen más.

La influencia china no se va a ejercer a través de la amenaza militar o el dominio político, sino incrementando y haciendo crecer los mercados.

¿La guerra comercial entre Estados Unidos y China es consecuencia de esta lucha de identidades, o va por otro lado?

Es parte de esa lucha de identidades y también de un cambio de hegemonías. Es la consecuencia de la consolidación de China como la segunda economía más grande del planeta y de la transformación industrial china, que dejó de ser un exportador de bienes de baja incidencia tecnológica y hoy es el mayor exportador de bienes tecnológicos. Todo esto tiene impactos políticos, económicos y sociales en la hegemonía norteamericana y que la administración Trump trata de detener, pero no puede hacerlo. Y recordemos que la guerra comercial norteamericana o de la administración Trump no solo es con China, es con Europa por la exportación de automóviles y aviones, y es con México, sin cuyo aporte no existiría la industria automotriz norteamericana.

Hace 5 o 6 años ya se hablaba de que China se convertiría en la primera economía del mundo en el mediano plazo, sin embargo, da la impresión que este periodo se está aletargando. ¿A qué se debe esto?

Es una combinación de varios factores. El trasvase del siglo XXI va a ser de la hegemonía norteamericana a la hegemonía china, pero es una hegemonía de  características distintas, porque en el siglo XX se hablaba de geopolítica y los chinos hablan [ahora] de geoeconomía, es decir, la influencia china no se va a ejercer a través de la amenaza militar o el dominio político, sino incrementando y haciendo crecer los mercados.

El Fondo Monetario Internacional proyecta que el Perú puede crecer entre 3 y 4 % en el futuro mediato, es decir, en términos económicos, para siempre.

Ahora, esos vaivenes tienen que ver también con el cambio del modelo chino, que pasa de ser una economía exportadora a una economía de demanda doméstica. Ello desacelera el crecimiento chino de casi 10 % a niveles de 6.5 %, y eso hace que este tempo como que se desacelere, pero va a seguir siendo permanente.

Hacia una criptomoneda

¿Se puede prever qué país ganará esta ‘guerra comercial’?

La dominación económica a nivel global de China es irreversible. China ya es el mayor socio comercial de América Latina y del Perú. Por eso, en el MILA, el Mercado Integrado Latinoamericano, en el marco del acuerdo del Pacífico, [los países] se alinean más con China que con los Estados Unidos, independientemente de que mantengan una relación con los Estados Unidos. Nos estamos realineando en esta nueva dinámica global y, además, con la influencia de la tecnología.

Hace unos años, pensábamos que íbamos a ver un trasvase del dólar al renminbi [moneda legal china], como ocurrió de la libra esterlina al dólar, pero probablemente esto no se dé. Vamos a pasar del dólar a alguna suerte de criptomoneda, que reemplazará al sistema monetario actual, y eso también es más o menos inevitable.

A pesar de los esfuerzos del presidente norteamericano, Donald Trump, el mandatario chino, Xi Jinping, impondrá un nuevo orden mundial: la geoeconomía.
El crecimiento de la economía peruana a niveles de 3 % sería para siempre, según el FMI.

 

 

 

 

 

 

 

Es decir, aun con un Trump reelecto en Estados Unidos, es inevitable la dominación económica de China.

Absolutamente. Lo que estamos viendo es eso, una suerte de cambio global que está generando todas estas realineaciones y cambios políticos donde nadie quedará exento.

¿En qué medida los países latinoamericanos se verán afectados por esta guerra comercial?

Nos estamos viendo afectados para bien y para mal. Por un lado, porque las dinámicas de crecimiento, las expectativas de los agentes económicos globales hacen que no alcancemos los niveles que quisiéramos y a los que esperaríamos crecer.

En América Latina, para satisfacer todas las expectativas que tenemos deberíamos crecer a niveles de 7.5 %, y esto es imposible. Tampoco crecemos 5 % como ocurría hasta hace poco, estamos alineados o por encima del 3 %, al igual que en el Perú, y eso nos va a afectar. Pero, por otro lado, las consecuencias de la guerra económica por la prohibición de que Huawei exporte tecnología a Estados Unidos y Europa favorecen a economías emergentes por ser mercados mucho más naturales para la tecnología china.

Vamos a pasar del dólar a alguna suerte de criptomoneda, que reemplazará al sistema monetario actual, y eso también es más o menos inevitable.

En el caso peruano, hace poco, el BCRP redujo la proyección de crecimiento de 4 a 3.4 %, por el impacto del sector minero, que depende de la demanda china. Así, ¿cómo podríamos cerrar el año?

A partir de una economía desarrollada que no crece y una economía china que desacelera, y en el marco de una América Latina donde tienen problemas Brasil, Argentina, México y Venezuela, que es el grueso de la economía regional, [nuestro crecimiento de 3.4 %] es absolutamente positivo. Lo que pasa es que es insuficiente y no hay nada que nos indique que los precios de los commodities vayan a mejorar. Tenemos que aprender a crecer con esas tasas, invertir los recursos que tenemos, invertir cada vez más en la mejora de la productividad.

¿Generar más valor agregado?

Exactamente, y eso viene a través de la reducción de la corrupción, que está sucediendo de una manera tumultuosa pero se da, invertir más y más en educación, en la mejora de los procesos y en la formalización. Y para que América Latina sea más relevante en el contexto global, tenemos que ser más productivos, ahora somos muy poco productivos.

¿El consumidor peruano se va a ver afectado como consecuencia de esta guerra comercial y de la recesión económica?

Claro, porque las expectativas que teníamos sobre la capacidad de empleo e ingreso no son las mismas y los estándares de vida en el Perú, en particular, y en el mundo, en general, han cambiado. Ahora hay que pagar la cuenta del celular, la cuenta del cable, etc., y eso hace que las condiciones de vida sean más complejas y que las capacidades de los agentes económicos tengan que mejorar en un momento dado, pero eso no ocurre.

Lo dijo

“Estados Unidos se está convirtiendo en un ‘deudor neto’, es decir, deberá más de lo que tiene. En este momento, el 30 % de su deuda está en manos de China. Eso haría que, eventualmente, Estados Unidos se preste dinero de China para pelearse contra ese mismo país”: José Gonzales.

En América Latina, para satisfacer todas las expectativas que tenemos deberíamos crecer a niveles de 7.5 %, y esto es imposible.

Crecimiento para siempre

En los últimos años, en el Perú, ha crecido la clase media, sin embargo, algunos economistas también advierten de la trampa del ingreso medio, es decir, de quedarnos a medio camino entre la pobreza y la prosperidad. ¿Eso es posible?

La capacidad de ingreso contra la capacidad de gasto siempre se desfasa, uno gana más pero también gasta mucho más, esto sucede en las economías desarrolladas. Ahora, esta trampa de la clase media se está empezando a resolver en América Latina. El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo nos decía en una reunión en Washington, hace menos de un mes, que hay tres países que están saliendo o que ya salieron de la trampa de la clase media: Chile, Uruguay y Panamá. Y el siguiente país con la posibilidad de superar esta trampa es Perú, porque está expandiendo su clase media y está mejorando su oferta productiva; el 20 % de las exportaciones ya son productos industriales alimenticios y textiles, y sigue creciendo. En turismo, ya tenemos 4 millones de visitantes al año y eso puede seguir creciendo.

El Fondo Monetario Internacional proyecta que el Perú puede crecer entre 3 y 4 % en el futuro mediato, es decir, en términos económicos, para siempre. La clave de crecer 3 % es que cada 20 años la economía se duplica, eso es extraordinario.

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