Una arequipeña que se abre paso en el mundo del TikTok

‘Cuchara maldita’ contribuye a difundir la sazón y esmero de varios restaurantes de Arequipa

Lizbeth Loayza es una arequipeña que vio en la pandemia una oportunidad para apoyar —a través de sus redes sociales— a diferentes negocios de la ciudad que resultaron afectados por la pandemia. “La idea es apoyar a los locales, pero sobre todo, a los trabajadores que empezaron a retomar sus actividades en una situación tan complicada. Ese es mi objetivo”, asegura.

Es así que decidió incursionar en TikTok con el perfil de @cucharamaldita, para emprender un recorrido por diferentes restaurantes y hacer reseñas sobre la comida que prueba. ‘Liz’ (como la conocen sus amigos y familia) casi siempre va con su madre, prueba la sazón y luego suben un video de menos de 1 minuto. Solo reseña lo que le gusta.

Sus publicaciones tuvieron impactos importantes y que definitivamente, ayudaron a los negocios locales. Uno de los más vistos, obtuvo 1 millón y medio de reproducciones y era sobre un restaurante temático, pero casi siempre, supera las 6 mil reproducciones y eso le genera algunos ingresos, aunque por el momento no son muy significativos.

Actualmente tiene más de 62 mil seguidores y 272 mil me gusta, en su perfil de TikTok y es una de las ‘tiktoker’ arequipeñas más influyentes, al menos entre quienes generan este tipo de contenidos.

Foodie’ en proceso

La idea por reseñar comida, nació hace cinco años cuando decidió crear un blog, pero no pudo sostenerlo por falta de tiempo. Durante el encierro, sin embargo, puedo replantear la idea y grabar el contenido, para trabajarlo y lanzarlo en las redes.

“Ahora es más práctico. Al menos TikTok e Instagram te lo permiten. Pero yo elegí TikTok porque me parece un espacio más democrático y que está creciendo, sobre todo en los más jóvenes”, sostiene.

A mediano plazo, Liz espera llegar al millón de suscriptores en esta red social y convertirse en la foodie más influyente de Arequipa y el país. “Algunos restaurantes me invitaron para que haga una reseña, pero no me parece muy correcto porque tal vez no sería muy sincero. Prefiero ir a uno del que me hayan hablado y si es rico, lo publico en mis redes”, refiere.

Cuchara maldita

El apelativo de cuchara maldita, se lo puso su mamá, cuando Liz no terminó su comida en un restaurante que visitaron porque no le agradó mucho. “Mi hermano sí terminó todo y le puso de sobre nombre “mandíbula brava” y a mí “cuchara maldita”, pero mis reseñas no son de ‘maleteo’ porque si no me gusta no lo público, pero en algunos casos si he sugerido algunas cositas, pero con buena onda”, revela.

Liz no espera hacerse millonaria con las redes sociales, pero sí conocer más lugares de la ciudad, de la región y por qué no, del mundo, con el fin de difundirlas y apoyar a quienes están detrás de la gastronomía.

Respecto a la meta del millón de suscriptores, cree que será posible manteniendo el formato y siendo sincera con el contenido que realiza. “Me gusta lo que hago y creo que ese es el secreto para mantenerte vigente en Internet”, asegura.

EL DATO

Uno de los proyectos pendientes que tiene, es la promoción de algunos platillos de la gastronomía arequipeña para que no desaparezcan.

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