Una iniciativa solidaria en medio de la pandemia

Mónica Sánchez
Educadora – Docente del Dpto. de Educación de la UCSP

En Arequipa la cuarentena se ha extendido más allá de nuestros cálculos. Casi cinco meses han pasado y la situación se ha tornado más complicada para grupos humanos concretos. Uno de ellos es el de los inmigrantes extranjeros, quienes tienen necesidades poco visibles pero reales. 

La larga lista de problemas que arrastran es diversa y muchas veces poco atendida. Hay problemas psicológicos, inconvenientes de derecho migratorio, hacinamiento en las viviendas que habitan, necesidad de salir a trabajar a la calle –aún en cuarentena– para obtener ingresos que los ayuden a subsistir, entre otros. Si tienen hijos la cosa se complica, porque hoy la educación en modalidad online supone demandas que a la gente con carencias se le hace muy difícil atender. 

Es en este último ámbito en el que hemos decidido intervenir junto a un grupo de profesionales y alumnos del Departamento de Educación de la Universidad Católica San Pablo (UCSP). Así nació la idea de adecuar Educamino –un proyecto que funciona desde hace algunos años– hacia el trabajo remoto solidario con hijos de inmigrantes. Nos acompañan en esta aventura representantes de Acnur y Unesco. 

El objetivo de la iniciativa es detectar familias inmigrantes con hijos en el nivel inicial y primario de instituciones educativas de la ciudad y ayudarlas a reforzar la educación a distancia que vienen recibiendo. Hasta el momento les hemos enviado un paquete de material educativo de reforzamiento y enseñanza que complementa las clases de “Aprendo en Casa”. También les ofrecemos soporte emocional de escucha activa a través de reuniones en línea.

Todo el trabajo del equipo profesional detrás de la iniciativa es voluntario. Hay 26 estudiantes universitarios que han decidido donar su tiempo en este esfuerzo. Muchos de ellos también llegaron a Arequipa desde otras ciudades del Perú y saben lo que es dar todo de sí para estudiar y salir adelante lejos de su tierra natal y sus familias. La pandemia no los detuvo y, más bien, les puso retos muy grandes: crearon material, establecieron objetivos, desarrollaron mecanismos de acompañamiento, etc. Ha sido una experiencia hermosa.

He tenido el gusto de liderar este equipo en medio de esta difícil coyuntura. Con el concurso de todos hemos sacado adelante el proyecto, contribuyendo así con la educación en el país. Ha sido una oportunidad para desarrollar habilidades para el trabajo conjunto, para desarrollar capacidades de diálogo y para resolver problemas imprevistos. 

La situación atípica que estamos atravesando nos permitió a todos recibir con optimismo las oportunidades de aprendizaje que se nos presentaron y de ilusionarnos con ver los frutos de un servicio solidario. Todo es posible para quién quiere ayudar. Fue una experiencia que nos permitió crecer como seres humanos sacándonos de nuestras “zonas de confort”.  Educamino se viene organizando para esta segunda mitad del año. ¿Quieres formar parte de él? Ponte en contacto con el Departamento de Educación de la Universidad Católica San Pablo. 

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