Parques públicos: trampas y conflictos

Fernando Mendoza
Abogado
Docente UCSP

Algo que se observa en la ciudad de Arequipa, es que los parques públicos están enrejados. ¿A qué se debe? ¿Qué provoca que estén así? 

El problema no es nuevo. Hace algunos años estos recintos se convirtieron en escenarios de actos contrarios al orden público y las buenas costumbres, además de ser los lugares preferidos por delincuentes para la comisión de delitos, sobre todo por las noches. Tal circunstancia motivó a las autoridades municipales a instalar rejas en los existentes y construir los nuevos con éstas incluidas.

Los parques públicos son eso: espacios de dominio y uso público; y aunque la colocación de rejas trató de solucionar un problema, en realidad generó otros que hoy lamentamos.

Por ejemplo, en ciertos lugares las puertas de ingreso están aseguradas con candados y las llaves, en muchos casos, las maneja algún vecino. Esto provoca que los administradores de las llaves sean lo “dueños del parque” y decidan cosas que nos les compete como el horario de apertura y cierre. Peor aún, si existe una losa deportiva, algunos vecinos hasta cobran por su uso y pocos saben a dónde va a parar ese dinero.

Hace algunos años, estos recintos se convirtieron en escenarios de actos contrarios al orden público y las buenas costumbres, además de ser los lugares preferidos por delincuentes para la comisión de delitos.

Son también de triste recordación nacional, dos episodios relacionados con niños: uno falleció al tratar de entrar a un parque enrejado y cerrado, y otro que se accidentó en un juego y fue imposible atenderlo, pues el sitio estaba cerrado y no encontraban a la persona que tenía la lleva del candado. 

Otro problema asociado, es la mezcla de actividades en materia de recreación que la ley admite para ellos. El Reglamento Nacional de Edificaciones considera como parque, al espacio libre de uso público destinado a la recreación activa o pasiva (fíjese que dice “o”). 

Lo que corresponde a las autoridades municipales es que los parques estén destinados, unos para recreación pasiva y otros para recreación activa, ambos debidamente implementados.

Resulta que en algunos de estos recintos, coexisten áreas verdes y bancas para el descanso, con losas deportivas, juegos para niños, paleta frontón, etc. Además de ser un enredo, tiene lugar la incompatibilidad entre ambas actividades. Si está descansando es probable que sea víctima de un golpe con una pelota, luego alguien ante la falta de cambiadores y servicios higiénicos, se desviste o realiza algunas necesidades fisiológicas; o un niño o jugador, que sufra un severo golpe, no tendrá un lugar donde pueda ser atendido con los primeros auxilios. Un verdadero caos.

Lo que corresponde a las autoridades municipales, es que los parques estén destinados, unos para recreación pasiva y otros para recreación activa, ambos debidamente implementados y así darles a estos espacios el verdadero sentido que tienen, con el fin de garantizar la libre recreación en áreas públicas.

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