No descuidemos el capital relacional en las organizaciones

Jorge Benavides Shialer
MBA en Negocios Internacionales
Docente UCSP

¿Mantienes una relación fluida con los principales agentes externos e internos vinculados a tu negocio? ¿La relación con tus clientes y proveedores es buena? ¿La relación con tus accionistas e instituciones inversoras es la adecuada? ¿Existe un nivel de integración y colaboración con la administración pública y privada y los medios de comunicación? 

Si estos cuestionamientos se responden positivamente, debes sentirte satisfecho, ya que estas gestionando adecuadamente tu capital relacional. Si por el contario las respuestas no son buenas, es que debes empezar a tomar mayor atención a tu entorno.

Entendamos capital relacional, como el conocimiento que se incorpora a la organización producto de las relaciones que se mantienen con los agentes de mercado y con la sociedad en general

La economía ya empezó a experimentar cambios que han impactado en los modelos tradicionales de gestión, de generación de riqueza y de crecimiento sostenido. Hoy en día los llamados costos directos de producción, han cedido importancia a aquellos costos indirectos, que tienen a su principal actor en los activos intangibles. 

Ya algunos autores han intentado aparcar en el ámbito de las finanzas el tema, creando indicadores que midan las relacionas que la empresa tiene. Gummensen plantea el ROR (return on relationship o ingreso por relaciones) ratio que, según el autor, ayudaría a la empresa a determinar si el tiempo y dinero que gasta en mantener una relación determinada con agentes internos o externos le es productiva o no.

El capital relacional también implica establecer relaciones con organizaciones sindicales e instituciones del mercado de trabajo, posicionándonos como una empresa que crea calidad y estabilidad laboral.

Pero no nos desviemos del tema, entendamos capital relacional como el conocimiento que se incorpora a la organización, producto de las relaciones que se mantienen con los agentes de mercado y con la sociedad en general. Estas relaciones con proveedores, clientes, accionistas, instituciones financieras, inversores, etc., son la base para mantener saludable nuestro negocio básico, pero también, mantener una relación cordial e incluso colaborativa con organizaciones aliadas y competidores, procurando siempre ampliar nuestra base de aliados. Mantener vivas las alianzas existentes, nos genera rentabilidad estratégica y operativa en el corto y mediano plazo.

El capital relacional también implica establecer relaciones con organizaciones sindicales e instituciones del mercado de trabajo, posicionándonos como una empresa que crea calidad y estabilidad laboral. La reputación empresarial es clave para generar confianza en los mercados, instituciones, ciudadanos y consumidores.

Estamos acostumbrados a gestionar los negocios siempre usando herramientas que se centran en elementos tangibles de la organización, descuidando aquellos intangibles que hoy generan más valor que los primeros, no dejemos de incluirlos en nuestras tareas diarias, estar atentos a que la empresa está  constituida por personas (capital humano, estructura organizacional), capital estructural y relaciones internas y externas (capital Relacional), en suma, ese capital intelectual que puede ser la diferencia entre permanecer en el mercado o morir.

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