Falsos sacerdotes

Monseñor Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa

Desde hace un tiempo, han comenzado a aparecer personas que se hacen pasar por sacerdotes católicos. Usan nuestros hábitos y libros litúrgicos, y simulan celebrar nuestros sacramentos cuando en realidad no lo están haciendo porque no son sacerdotes de la Iglesia católica. Algunos de ellos han sido seminaristas, pero por su mala o insuficiente conducta fueron expulsados o salieron del seminario; otros se han apartado de nuestra Iglesia y han creado su propia organización.

Esos falsos sacerdotes se ofrecen para celebrar supuestas misas, matrimonios y bautismos en casas, mercados, parques, restaurantes e incluso hoteles. En ocasiones, aprovechan capillas católicas o usan supuestas capillas construidas por ellos mismos o por otras personas en terrenos privados.

En algunos casos, han entregado supuestas partidas de bautismo o de matrimonio, pero después se ha verificado que son documentos fraguados. En otros casos, no han entregado ningún documento y los supuestamente casados o los padres de los niños supuestamente bautizados solo se han dado cuenta de que los habían estafado cuando recurrieron al Arzobispado.

Tampoco faltan casos en que se entregan documentos con el membrete de su organización, a la que llaman Iglesia católica, y le añaden alguna otra denominación, pero no le dicen a la gente que no son la Iglesia del papa y que esos documentos no son válidos en la Iglesia católica.

Hay personas que recurren a falsos sacerdotes porque no aceptan que los verdaderos se nieguen a celebrarles la misa u otro sacramento en lugares que nuestra Iglesia no lo permite. ¿De qué sirve simular que se está celebrando un sacramento? El falso sacerdote gana dinero por esa simulación, pero lo que celebra no tiene ningún valor.

Es importante que los fieles católicos sepan que el lugar indicado para pedir sacramentos es la parroquia u otro templo católico conocido por todos como tal. Los párrocos conocen bien las normas de la Iglesia y saben dónde está permitido celebrar los sacramentos y dónde no.

Hay que confiar en ellos y seguir sus indicaciones, pero nunca recurrir a falsos sacerdotes. Los verdaderos sacerdotes católicos no van repartiendo tarjetas para que los llamen, como si fueran vendedores de sacramentos. ¡Estén alertas y no se dejen engañar! Y si alguien ha sido estafado por un falso sacerdote, por favor, comuníquelo al Arzobispado.

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