El gobierno de lujo nos está saliendo caro

Renato Sumaria Del Campo
Director del quincenario Encuentro

El gobierno de lujo nos está saliendo caro. No acierta ni en aquello que, se suponía, iba a ser su especialidad: la economía. Porque en un contexto donde el precio del cobre está en subida (US$ 2.64 la libra); y donde Europa, China y EE. UU. muestran mejores números, no se entiende cómo un gobierno de gerentes no es capaz de reencausar el rumbo financiero del país.

En medio de desconcierto, el Ejecutivo acaba de calcular en 4 % el crecimiento anual y no en 4.4 % como había estimado hace no mucho. Además, acaba de enviar un segundo paquete de medidas al Congreso buscando reactivar la economía. El primero lo envió a inicios de este año y no tuvo los efectos esperados.

Ni qué decir de los laberintos por los que anda perdido PPK en temas sensibles como educación, salud y seguridad ciudadana. Primero, no ha sido capaz de arrinconar a un gremio zombi como el Sutep, permitiéndole poner en riesgo el año escolar de miles de niños y adolescentes.

Segundo, el contexto que produjo la muerte de la madre de la exministra Ana Jara, desnudó las falencias del sistema de salud, sin que nadie pueda hacer algo al respecto. Tercero, mientras el ministro Basombrío sigue recuperando celulares, los asaltantes son cada vez más avezados. Hace unos días, en pleno jirón de la Unión, a metros de Palacio de Gobierno, se produjo una balacera cuyo lamentable resultado fue una persona muerta y varias heridas.

A estas alturas no son los efectos de El Niño Costero ni el escándalo de Odebrecht los que generan caos. El causante es un gobierno que de tal tiene poco. Los ministros han hecho de sus carteras una especie de compartimentos estancos: funcionan independientemente solo para evitar que el barco se hunda.

Si a lo anterior le sumamos una bancada congresal corta y poco sólida, tenemos un coctel de desgobierno que hace del oficialismo una parodia que la última semana ha tenido su más reciente puesta en escena.

El quiebre entre el Ejecutivo y la bancada de gobierno se hizo evidente cuando el mismo Fernando Zavala señaló que existen solo diez congresistas del grupo oficialista con quienes trabajan de forma coordinada. Y antes, Mercedes Araoz había señalado, en la misma línea, que algunos de sus colegas “miraban desde el balcón” sin apoyar la gestión.

Alguna vez, en campaña electoral, PPK respondió así a la pregunta sobre qué iba a ocurrir si a él, debido a su avanzada edad, le pasaba algo: “Bueno, están Martincito y Mechita, ellos pueden hacerse cargo”. Se refería, obviamente, a sus vicepresidentes Martín Vizcarra y Mercedes Araoz.

A estas alturas no es mala idea dejar el gobierno en manos de quienes pueden mejorar el manejo de las cosas, no porque al presidente le haya pasado algo o quiera que ello ocurra, sino porque lo que está en juego es la continuidad democrática y, como están puestas las cartas, hay 71 personas en el parlamento —y su jefa— persiguiendo la posibilidad de adelantar las elecciones. Piénsalo, PPK.

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