Comercio exterior peruano, ¿cómo vamos?

Jafeth Quintanilla Montoya
Director de Formación Continua–UCSP

Uno de los pilares de toda economía moderna es el comercio exterior. Los países buscan hoy incrementar los volúmenes de exportaciones para contribuir de esa manera al crecimiento de sus economías. Nuestras exportaciones en los últimos años han tenido un comportamiento decreciente que recién hemos podido remontar en los años 2016 y 2017, con mayor recuperación en las exportaciones tradicionales.

La proporción de exportaciones tradicionales alcanza 91 % versus 9 % de las no tradicionales, lo cual hace pensar que debemos reforzar estas últimas y, si es posible, con mayor valor agregado a fin de lograr ventajas competitivas a nivel internacional, para hacer más rentable el rubro.

El ligero estancamiento del comercio exterior peruano en los últimos años, básicamente generado por las crisis internacionales y la caída de los precios de los productos tradicionales, es una situación que tenemos que revertir de todas maneras.

Debemos recuperar los volúmenes de exportaciones en los sectores de madera y de papeles, así como de productos siderometalúrgicos y de productos específicos como oro, cemento, hilados de pelo fino, barras de hierro y perfiles de hierro y acero laminado, entre otros.

Teniendo en cuenta el posicionamiento del Perú, como un país de oportunidades y con una vasta variedad de recursos naturales, es necesario rediseñar estrategias eficaces que nos permitan orientar nuestras potencialidades hacia mercados internacionales utilizando nuestras ventajas competitivas en este campo, de manera eficiente y proactiva. Debemos impulsar el comercio exterior para aprovechar las posibilidades de demanda que el mundo actual ofrece.

Nuestro país tiene una serie de ventajas generadas por la diversidad de recursos, los tratados internacionales firmados y el surgimiento de empresas pequeñas, medianas y grandes que ven en el comercio internacional una buena oportunidad para potenciar sus negocios ampliando sus fronteras comerciales. Esta labor no solamente le compete al Estado o a las empresas, sino también a la academia, cuyo esfuerzo de poner en evidencia hechos y oportunidades que se dan en el marco del comercio internacional resulta muy necesario.

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