Ciencia de barrio

Manuel Rodríguez Canales
Teólogo

Un poco de ciencia de barrio. La ciencia estudia fenómenos. El pensamiento religioso monoteísta es un fenómeno. No prueba la existencia de Dios; solo es un hecho humano, es decir algo que ocurre en los humanos, no en todos, pero sí en una buena parte de la humanidad (no me meto en el asunto estadístico, pero la cantidad es suficiente como para que el fenómeno sea considerado relevante).

El razonamiento básico del pensamiento monoteísta tiene como punto de partida que la vida humana se experimenta como algo misterioso que parece tener un sentido, una finalidad, y que esta no puede explicarse por nada inferior a lo humano mismo. El pensamiento religioso no pretende probar esta afirmación, la tiene como dada por la experiencia de la humanidad, es decir como fenómeno a su vez: parece que todos los humanos vivimos con un sentido y que sin este sentido no vivimos humanamente, sino que retrocedemos a un estadio inferior a nuestra naturaleza.

Si se radicaliza esta búsqueda de sentido necesariamente se piensa en un sentido superior porque si fuera inferior ya el asunto estaría resuelto. Si el sentido es superior debe ser necesariamente personal o superior a lo personal porque en lo personal es en lo que experimentamos lo más propiamente humano. Eso es lo que los que creen llaman fe: un sentido que viene revelado desde arriba.

Personalmente hablando siempre me ha parecido más razonable ver el mundo como un lugar hecho por Personas para las personas que como un universo mudo, ciego, sordo y sin sentido; cuya significación ha sido construida por nuestros discursos y razonamientos. Comprendo este camino del subjetivismo moderno, pero no puedo compartirlo por dos razones muy íntimas: contradice la experiencia primera de estar en este mundo y me parece, por lo menos, tan razonable como su contrario, pero cerrado a realidades más grandes que yo mismo. Listo. Habla barrio.

Salir de la versión móvil