Arequipa, ciudad caótica

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Juan Fernando Mendoza
Abogado

No se trata de Ciudad Gótica, escenario de la serie animada Batman. Tiene que ver con la ciudad en la que vivimos y en la que necesitamos, de alguna manera, del superhéroe para dar solución a alguno de los problemas que aquejan a nuestra querida Arequipa. Tome nota.

Es común escuchar a las autoridades policiales recomendar a los ciudadanos no salir a la calle con algunos bienes (reloj, celular, dinero, etc.), que no transitemos solos en horas de la noche; es decir, la propia autoridad nos pide que limitemos nuestro derecho al libre tránsito en aras de nuestra seguridad y nuestra integridad física. Pero ¿acaso no pagamos impuestos para que la policía cumpla con su obligación? Al no ser esto suficiente, el Estado nos impone, a través de las municipalidades, el pago por el servicio de serenazgo. Pero como tampoco alcanza con ello, gran número de personas tiene que pagar por cercos eléctricos, a empresas de seguridad privada y finalmente al vigilante de la cuadra. Como vemos, los ciudadanos debemos pagar, por lo menos, hasta cuatro veces para lograr algo de seguridad.

Es común escuchar a las autoridades policiales recomendar a los ciudadanos no salir a la calle con algunos bienes… Pero ¿acaso no pagamos impuestos para que la policía cumpla con su obligación?

Luego observamos, pasibles e incómodos, cómo otras personas utilizan para su fin particular la vía pública (calle, berma y vereda): el dueño del negocio de planchado de automóviles, el pintor de paneles publicitarios, el tendero. Todos instalan su anuncio de publicidad en la calle, los comerciantes instalan parlantes con música a todo volumen para anunciar sus productos; todos usan la calle para realizar su labor, perturbando el libre tránsito, contaminando visual y sonoramente el ambiente; ello a vista y paciencia de la autoridad.

El servicio de transporte público tiene lo suyo. No solo sufrimos por las combis y las coasters, sino que últimamente ha surgido el servicio de las llamadas ‘loncheritas’, combis pequeñísimas que, si nos ceñimos a las normas relacionadas con el transporte y específicamente al reglamento de vehículos, no pueden prestar servicio de transporte público de personas. ¿Cómo surgieron? Les cuento: estas unidades circulaban en el llamado cono norte, tenían como límite el puente Añashuayco, pero al ver que ninguna autoridad, policial o municipal, les decía nada, comenzaron a avanzar y hoy llegan hasta los mercadillos de la avenida Andrés Avelino Cáceres, en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero. Ya se han convertido en parte del paisaje siniestro del transporte público; y no son solo un problema de transporte, sino también un problema social. ¿Quién asumirá el compromiso de retirarlas sin que se produzca un conflicto?

De dónde viene o cómo se produce este desorden en la ciudad. Creo que es por falta del ejercicio de autoridad. En cada Estado debe existir una autoridad, esta debe tener poder, el cual debe ser ejercido dentro del marco de la ley y el derecho.

La palabra ‘caótica’ proviene de caos. Una de las acepciones de caos es confusión, desorden. De dónde viene o cómo se produce este desorden en la ciudad. Creo que es por falta del ejercicio de autoridad. En cada Estado debe existir una autoridad, esta debe tener poder, el cual debe ser ejercido dentro del marco de la ley y el derecho; el conjunto debe alcanzar el bien común.

Todos los problemas expuestos están considerados en normas legales, son hechos prohibidos y sancionados; pero necesitamos de autoridades que ejerzan el poder dentro del marco de la ley y el derecho. Debemos elegir y apoyar a personas que prometan poner orden, y luego lo cumplan.

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