En las bancas de la plaza de Armas, hay letreros que especifican que solo pueden sentarse dos personas distanciadas, pero hacen caso omiso.
Las aglomeraciones en diferentes servicios como bancos y centros comerciales, es el pan de cada día.
En las unidades de transporte público, no respetan el aforo permitido. No pueden viajar pasajeros de pie.
Los clientes de los ambulantes, no toman sus precauciones al probarse la mercadería. Podrían contraer el virus chino.
Las normas de bioseguridad, disponen de una distancia de metro y medio entre las personas, pero tampoco se cumple.
Es común observar que la población tome un descanso y se baje la mascarilla, sin importar el riesgo de contagio.
El uso adecuado de la mascarilla, previene el contagio del COVID-19, sin embargo, en muchos casos no se utiliza correctamente.
Las personas de la tercera edad son las más vulnerables, pero no toman conciencia sobre los efectos mortales de la pandemia.
Sin mascarilla contagias y no es necesario bajártela para hablar por el teléfono móvil.
Ahora los jóvenes son los más afectados por el COVID-19, pero no hay conciencia de cuidado.
Los choferes están obligados a usar la mascarilla, pero en muchos casos es un obstáculo para ellos.
La falta de conciencia sobre la importancia del uso de la mascarilla se da en todas las edades.Los ambulantes venden sus productos sin ninguna medida de seguridad, aquí se forma un foco infeccioso.
Discusión sobre el post