Manuel Bedregal Salas
Presidente del Instituto de Economía de Arequipa, IPE Arequipa
¿Qué sería de nuestra región si los proyectos públicos, gestionados por el Estado, se hubieran ejecutado dentro de los plazos previstos?
El Proyecto Majes-Siguas II habría transformado a Arequipa en un poderoso centro agroexportador, generando más de 100 000 empleos formales y fortaleciendo la economía local. Con ello, miles de familias habrían mejorado sus ingresos y el aporte a las arcas fiscales sería significativo.
Sin embargo, en lugar de una próspera infraestructura agrícola de 53 000 hectáreas, hoy solo 15 000 has están bajo riego, en pequeñas parcelas, la mayoría de ellas en actividades de subsistencia, que solo benefician a sus adjudicatarios.
Además, la infraestructura hidráulica de la primera etapa del proyecto presenta un grave deterioro y requiere de un millonario aporte del Estado para su mantenimiento integral, mientras que la ejecución de la segunda etapa sigue paralizada y corre el riesgo de pasar a un arbitraje internacional. Y, por si fuera poco, el proyecto hidroeléctrico asociado y capaz de generar 600 MW de energía no puede ejecutarse.
En salud, si el nuevo hospital Goyeneche y los otros nosocomios de Camaná, Chala, Cotahuasi y el del Cono Norte estuviesen operativos y equipados, tendríamos atención médica oportuna, reduciendo la sobrecarga de los actuales servicios. Además, tendríamos menos prevalencia de las infecciones respiratorias agudas (IRA) en el período de frío. Lamentablemente, estos proyectos están inconclusos y paralizados, con observaciones de Contraloría y procesos judiciales en curso.
La carretera Arequipa – La Joya habría reducido el tráfico en la vía Panamericana, mejorando los tiempos de traslado y la productividad de trabajadores y empresas. Menos estrés, menos accidentes y una mejor conectividad habrían sido los beneficios inmediatos. Hoy, después de más de una década de espera, esta obra avanza lentamente y en un solo tramo.
La seguridad ciudadana estaría mejor con la escuela de la PNP de San José operativa y formando suboficiales competentes al servicio del ciudadano, permitiendo con ello que los negocios prosperen sin el constante temor a la delincuencia.
En el ámbito educativo, el adecuado mantenimiento de los colegios públicos habría garantizado instalaciones seguras y funcionales para los estudiantes y la comunidad educativa. Sin embargo, 77 colegios públicos se vieron afectados durante el período de lluvias de este año, 8 de los cuales están inhabitables.
El acceso al gas natural habría reducido de manera significativa el costo de la energía para familias y empresas, impulsando además la competitividad industrial y minera de la región.
Si estos proyectos se hubiesen concretado oportunamente y a la vez, se hubiesen cumplido prolijamente las funciones del Estado, seríamos una región más próspera, segura y con mejores oportunidades para nuestros jóvenes. Disfrutaríamos de una mejor calidad de vida, con avances en salud, educación, seguridad y economía.
¿Cuánto más debe esperar la ciudadanía de Arequipa para exigir el cumplimiento de estas iniciativas de desarrollo y sancionar a los responsables de las enormes pérdidas económicas, sociales e, incluso, financieras, que se han generado?
Es momento de fortalecer el control ciudadano y exigir una gestión pública más eficaz. Las próximas elecciones son la oportunidad que necesitamos. Solo una ciudadanía activa y comprometida con la vigilancia de los recursos públicos podrá impulsar el desarrollo de la región.
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