Carlos Timaná Kure
Director del Centro de Gobierno de la Universidad Católica San Pablo
Esta semana termina con tres grandes noticias en materia de política internacional: el permiso de EE.UU. a Ucrania para el uso de armas de largo alcance, la orden de detención que ha pedido la Corte Penal Internacional sobre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y el anuncio del gobierno de EE.UU. reconociendo a Edmundo González como presidente electo de Venezuela.
Ucrania –como Rusia– busca llegar con una posición fortalecida a la negociación que propondrá Donald Trump cuando jure como presidente. Para ello, EE.UU. ha autorizado a las fuerzas ucranianas emplear misiles de largo alcance sobre objetivos en territorio ruso. Ante ello, Vladimir Putin ha respondido desplegando armamento de gran calado y haciendo más amenazas a Occidente.
Pero si por Ucrania llueve, por el Medio Oriente no escampa. A pesar de que Donald Trump pidió a Israel que acabara lo más pronto posible con su incursión en territorio libanés, lo cierto es que la Corte Penal Internacional ha emitido una orden de detención contra Benjamín Netanyahu, el jefe de gobierno israelí, con lo que se polarizará más la opinión pública sobre esta guerra. Netanyahu tendrá que pensarlo dos veces antes de pisar suelo extranjero, porque países como Canadá ya indicaron que la harán efectiva.
Por otro lado, Nicolás Maduro no la tendrá nada fácil en su tercer mandato, su cerco se achica cada vez más. Al desconocimiento de su triunfo por la Unión Europea, se suma el anuncio de la Casa Blanca de reconocer a Edmundo González Urrutia como el presidente electo de Venezuela.
Las consecuencias en el tablero internacional comienzan a sentirse tras el triunfo de Donald Trump, y se avizora que quienes se sentían a sus anchas con Biden no la tendrán tan fácil ahora.
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