Irvin Dongo Escalante
Profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad Católica San Pablo
En la actualidad, la tecnología se ha convertido en un aporte importante para el desarrollo de la sociedad. Su diversidad de aplicaciones va desde el simple uso de computadoras hasta la automatización y robótica industrial, lo que repercute en una constante mejora e innovación de productos y servicios.
En esa línea, la Industria 4.0 se define como la cuarta revolución industrial donde el uso de tecnologías inteligentes, el análisis de datos y la conectividad son requisitos básicos para su implementación.
Por ello, todos los sistemas y conjuntos de dispositivos que, conectados al Internet, que permiten la recopilación y las trasferencias de datos, se ha convertido en parte clave del desarrollo de esta nueva etapa de la industria. A este conjunto de dispositivos físicos se les denomina el Internet de las cosas (IoT)
La adopción del IoT, causa la descentralización de los procesos y toma de decisiones a través del uso del Internet como medio de transferencia y consumo de datos.
Esto significa que, las tareas de recopilación, almacenamiento, procesamiento, análisis, visualización y toma de decisiones, que son parte de la cadena de valor de los datos, pueden realizarse desde diferentes áreas o localidades donde existan condiciones infraestructurales que permitan su realización.
Esto permite un altísimo impacto de desarrollo empresarial y el uso adecuado de recursos limitados, pero no se limita a ese ámbito sino que también puede repercutir en la vida y dinámica del hogar.
La domótica, que es la automatización y control inteligente de las funcionalidades de las casas es un ejemplo claro del uso de esta tecnología. El uso de sensores que miden el nivel de temperatura, humedad, luminosidad pueden, por ejemplo, automatizar el aire acondicionado o calefacción para mantener ambientes agradables dentro del hogar.
Además, sensores de presencia, abertura de puertas y ventanas permite brindar mejores niveles de seguridad, ya que notificaciones y alertas pueden ser recibidas en tiempo real y activar diferentes dispositivos como alarmas.
El ahorro energético es otro importante resultado de su implementación. A través de la información recibida por los sensores, las tareas de automatización como activar o desactivar maquinaria, o simplemente prender o apagar las luces permite un uso adecuado de la energía lo que se transmite en una reducción de costos y contaminación.
Energías renovables como el uso de paneles solares para alimentar los dispositivos de bajo consumo hace aún más eficiente su aplicación. Los sensores, actuadores, tecnología y protocolos de transmisión en su mayoría están diseñados para trabajar en ambientes de escasa energía (funcionamiento mediante el uso de baterías) para reducir la dependencia de su localización.
El uso de la tecnología y en especial el Internet de las cosas promueve el desarrollo de una sociedad conectada que busca no solo el progreso industrial sino también el bienestar de las personas que son la base de la sociedad.
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