La importancia de la inteligencia emocional en tiempos de pandemia

Especialista destaca su impacto en la sostenibilidad de toda institución pública y privada

En toda organización pública y privada, el líder a cargo debe saber emplear la inteligencia emocional para tomar las mejores decisiones.

Redacción

La crisis económica generada por la pandemia del COVID-19, puso a prueba al sector empresarial peruano. Muchas empresas cerraron. Marcas reconocidas como Polystel (de Universal Textil), Avianca Perú, Cromotex, entre otras, desaparecieron y otros negocios cambiaron de rubro para garantizar su subsistencia.

Como sostiene la docente de la  Maestría en Gerencia de Operaciones y Logística de la Universidad Católica San Pablo, Claudia Mabel Calisaya Carpio, nadie estaba preparado para enfrentar esta situación, sin embargo, la capacidad de adaptación fue fundamental para aprender a manejar la coyuntura y tomar las mejores decisiones.

“La falta de capacidad de adaptación, pudo ser una limitante para aquellos negocios que cerraron, pero muchas empresas sí se asesoraron para asumir la nueva realidad y salieron adelante. Como parte de este proceso, fue importante la negociación con los trabajadores y con los socios, para que, de acuerdo a la capacidad de adaptación y creatividad, se pueda innovar y tomar decisiones”, comentó.

Pero tomar las decisiones más convenientes para una institución u organización pública o privada, en medio de una crisis como la que aún atravesamos, no es nada sencillo. Calisaya sostiene, que allí juega un rol importante la inteligencia emocional del gerente o autoridad que está a cargo. Y claro, esta capacidad de manejar las emociones no se adquiere de un día a otro, requiere de todo un proceso de preparación y constante entrenamiento.

“La inteligencia emocional no tiene nada que ver con un aprendizaje académico, su desarrollo y manejo es individual. Esta capacidad es determinante cuando una persona tiene la posición de autoridad, gerente o supervisor, porque es cuando más atención debe prestar, sobre todo en momentos de difíciles”, señaló Calisaya.

La especialista en formación de líder–coach y en equipos de alto desempeño, se refiere a que un gerente líder o autoridad, al ser observado por toda su organización y tomar decisiones (no solo por él, sino por su equipo de trabajo), debe saber manejar sus emociones y estar muy atento, porque lo que decida impactará a todos los integrantes de su institución.

“Si tenemos un gerente-líder que no maneja sus emociones, que se enoja fácilmente, que no tiene autogobierno o tiene miedo, entonces el trabajador imitará esa forma de reaccionar en su ámbito laboral e incluso familiar. Es como un efecto en cadena y eso, se puede extender al país, donde no se puede manejar las cosas con miedo, con rencores, iras, intenciones de venganza o con tristezas convertidas en depresión y ansiedad, porque finalmente todo eso lleva a la destrucción de la persona”, sentenció.

Claudia Calisaya, también llamó la atención sobre la importancia de no perder de vista que en toda institución u organización, se trabaja con personas y por lo tanto, la inteligencia emocional se convierte en un instrumento vital para mejorar el clima laboral y cohesionar las relaciones interpersonales. De esta forma, se garantizará la sostenibilidad de una institución pública o privada.

“Cuando las instituciones y empresas toman decisiones, si bien lo hacen cuidando sus intereses económicos, no pueden dejar de lado que tratan con seres humanos. Por ejemplo, una empresa no está hecha solo de equipos automatizados y de tecnología, también está hecha de seres humanos, por lo tanto, hay que saber identificar y gestionar las emociones que están presentes para tomar las decisiones más acertadas y trascender realmente como persona. Eso es lo que se espera de un gerente-líder”, concluyó.

Utilidad de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional, es la capacidad de percibir, entender y gestionar las emociones. Comprende cuatro elementos básicos: autoconciencia (tener conciencia de uno mismo), autorregulación (cómo gestiono mis emociones), empatía (ponerme en lugar del otro) y habilidad social (cómo administro o mantengo mis relaciones). Cuanto más aprendamos a manejar estos aspectos, mejoraremos nuestra salud mental y desarrollo social.

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