Historias de éxito del programa de liderazgo juvenil de la San Pablo

Conoce la experiencia de tres jóvenes que tuvieron la oportunidad de fortalecer su formación profesional y personal

Redacción

La pandemia encerró a todo el Perú. De la noche a la mañana, jóvenes como Pablo Ramírez Eduardo dejaron de ver a sus amigos en la universidad u otros lugares, para quedarse la mayor parte del día, y por varias semanas, entre las cuatro paredes de sus habitaciones.

El estudiante de Administración de Negocios de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), recordó que antes de la pandemia fue una persona sociable, con poco miedo a hablar en público. Pero cuando vino la cuarentena su personalidad cambió.

“Yo antes de la pandemia era una persona muy sociable, hablaba con las personas, no me costaba expresarme en público, era más abierto en muchas cosas, y a raíz de la pandemia y otras situaciones, es que yo dejé de ser quien era. Era una persona hermética, ensimismada, egoísta, en algunos aspectos, muy errática”, dijo.

Al darse cuenta de estos cambios negativos, es que empezó a buscar opciones para superar estos problemas. En esta búsqueda es que aparece el Programa de Liderazgo Integral Juvenil de la San Pablo, por la recomendación de una amiga.

Al ingresar al programa se sorprendió porque no era lo que imaginó. Participó en ponencias, actividades físicas, campamentos y dinámicas que buscan sacar lo bueno que todos tenemos dentro. Pablo siente que aprendió mucho y que hubo cambios positivos en él.

“Antes de la pandemia, si bien era sociable, había cosas que ignoraba. Me guardaba todo lo bueno, malo y triste que me pasara y eso hacía que yo implosionara y explotara con mi familia o con amigos cercanos”, dijo.

Hoy puede decir que mejoró y consiguió el objetivo de superar los problemas generados en pandemia. “El programa me ha puesto más centrado, me ha vuelto más tranquilo y me ven más maduro. Tú puedes cambiar una sola cosa de ti, que al final termina siendo mucho más grande de lo que crees y sin darte cuenta”, indicó.

Consideró que aprender de liderazgo es importante para todos los estudiantes, ya que llegarán momentos en sus vidas personales y laborales en que deberán lidiar con algunos retos. “Somos seres sociales por naturaleza y si no te lideras a ti mismo, no controlas tus pasiones, no mantienes el rumbo ante las adversidades, no eres justo y no eres prudente, al final vas a terminar cayendo en un pozo en el cual no vas a saber qué hacer”, comentó.

Trabajo en equipo

Luciana Díaz Pacheco, alumna de Administración de Negocios de la San Pablo, también formó parte de este programa y cuando ingresó pensó que se trataba de algo tranquilo y divertido. Pero luego reparó que debía participar en varias actividades que buscaban un cambio en ella.

“Aprendí sobre la importancia del trabajo en equipo. Pensé que podía hacerlo todo sola, era autosuficiente, independiente y eso al principio me chocó bastante. Me di cuenta de que no lo puedo hacer todo sola. Un líder necesita de un equipo y en el programa me encontraba con gente diferente, con cualidades distintas, que hacían que nos complementemos unos a otros y que las ideas sean más grandes”, señaló.

Con este programa Luciana empezó a conocer habilidades que desconocía en ella. “He tenido muchos cambios. Me empecé a conocer yo misma, pensé que me conocía lo suficiente, pero con este programa de liderazgo me conocí más. No tenía ni idea de cuán capaz era para realizar algunas cosas que pensaba que eran imposibles para mí al principio”, dice.

Una frase que se le ha quedado es que el ‘no puedo’, no existe. Se dio cuenta que ella misma me ponía los obstáculos, pero en el programa empezó a decir: ‘sí lo haré, sí puedo’ y “ese momento es satisfactorio”, indicó.

Otro de los aprendizajes son las lecciones que deja el fracaso. En nuestra sociedad es muy usual criticar el error o evitar el riesgo para no equivocarse, pero Luciana entendió que es todo lo contrario.

“No somos perfectos, pero también fracasamos y cometemos muchos errores. Fallamos en algunas cosas y eso te bajonea. Como personas tenemos la tendencia a castigar el fracaso”, comentó.

Confianza en el equipo

Flavia López Agostinelli, también de Administración de Negocios de la San Pablo, continúa en el Programa de Liderazgo Integral Juvenil. Recordó que al inicio asistió a algunas ponencias y luego la llevaron a participar en dinámicas que buscaban conocerse entre todos los inscritos al programa. “Todas las actividades suponen un reto físico y mental”, indicó.

“Me gustó bastante porque desde la primera clase hay una integración de grupo y sentí que me iba a ir bien, y luego con las actividades me di cuenta de que conocer a tu equipo es importante para las actividades grupales”, dijo.

Recordó que en una oportunidad tenían que lanzarse de un muro de 2.5 metros de altura y luego ser atrapados por sus compañeros. Como es natural le dio miedo al inicio, pero en ese momento confió en su grupo y cayó en buenas manos. “Tuve que aprender a confiar en personas que no había visto en mi vida, no sabía ni sus nombres y ahora son amigos muy cercanos míos. Puedo confiar en que si me voy a tirar de dos metros ellos me van a agarrar”, acotó.

También como Pablo y Luciana percibe cambios en su persona. “Ingresé como una persona desconfiada, no era tolerante, no muy paciente, me gustaba que todo sea muy rápido, que no haya errores. Con este programa me he dado cuenta de que sí tiene que haber errores para aprender de ellos, porque no todos van a mi ritmo igual que yo, acelerado. La idea es buscar el ritmo que nos convenga a todos”, dijo.

Por esta experiencia es que recomienda a otros alumnos de la San Pablo a inscribirse en este programa. “Recomendaría a otros (este programa) porque es una gran experiencia, enriquecedora a nivel personal y profesional”.

El programa

El Programa de Liderazgo Integral Juvenil está dirigido a jóvenes de 17 a 27 años de edad, dispuestos a adquirir más que técnicas y habilidades, personas inconformes con su realidad y deseosas de cambiar positivamente su vida y entorno.

En este programa hay muchas actividades que buscan ayudar a los participantes a encontrar su misión, vencer los miedos, construir relaciones y un pensamiento crítico.

Dentro del plan de estudios hay temas de liderazgo, trabajo en equipo, conocimiento personal, talleres de clown, campamentos en las instalaciones de la universidad y en la base aérea de La Joya. También hay actividades en las instalaciones de los bomberos. Se trabaja los sábados y dura en promedio un semestre.

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