Redacción
El Aprendizaje Basado en Servicio (ABS) refuerza la formación y empodera a los estudiantes, además, hay una contribución tangible a la comunidad, sostuvo Carlos Muñoz Parra, vicedecano de docencia en la Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido de la Universidad de Santiago de Chile.
Muñoz llegó a la San Pablo como parte de una pasantía liderada por los docentes Raúl Arancibia y Roberto Acero del Departamento de Arquitectura e Ingenierías de la Construcción de esta casa de estudios, para conocer las prácticas ABS y profundizar en ellas.
“Lo que hace la San Pablo es magnífico. Es absolutamente coincidente con la mirada que tenemos nosotros en nuestra universidad. Por eso queremos acercarnos más, de una manera formal, para compartir estas experiencias y potenciarlas”, indicó.
Las prácticas sociales ABS de la San Pablo están a cargo del área de Proyectos Solidarios de la Dirección de Servicio y Proyección a la Sociedad. Esta metodología busca que los alumnos puedan tener un aprendizaje significativo mediante la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos en el curso ABS y ponerlo al servicio de la sociedad.
En el caso de la Universidad de Santiago de Chile, Muñoz recordó que empezaron con esta metodología desde el año 2010, por el terremoto de 8.8 grados ocurrido ese año en su país. Las consecuencias de ese sismo los motivó a involucrarse y proponer soluciones a los sectores afectados.
Beneficios tangibles
El docente consideró que esta metodología ayuda a perfeccionar los conocimientos dictados en aula e involucra a los estudiantes en el desarrollo de la comunidad. “Hay un beneficio en un futuro ejercicio profesional, así como un desarrollo de la inteligencia emocional”, indicó.
Agregó que permite que todos se beneficien. “Los socios comunitarios ganan porque se traza una línea de acción para solucionar problemas. Los estudiantes ganan porque tienen aprendizajes concretos y reales sobre un problema, y los docentes ganan porque ven que sus estudiantes se motivan con el contacto con la comunidad”, opinó.
Manifestó que los resultados de trabajar bajo esta metodología no son abstractos ni ficticios y eso es lo significativo. “Tiene sentido para los chicos porque ellos se dan cuenta de que aprenden siendo empáticos, entregando un producto que será útil para mejorar la calidad de vida de la comunidad”, destacó.
Proyectos en la San Pablo
El especialista chileno también brindó una charla durante la semana del Departamento de Arquitectura e Ingenierías de la Construcción de la UCSP. En dicho evento también presentaron dos proyectos que se desarrollan bajo la modalidad de prácticas sociales ABS, en las escuelas profesionales de Educación y Psicología en la San Pablo.
Lucía Peraltilla, docente de la Escuela Profesional de Psicología, comentó que a través del curso de Intervención Psicoeducativa realizan diagnósticos y talleres en instituciones educativas estatales en Arequipa.
Este semestre el trabajo involucra la participación de 95 estudiantes de la Escuela Profesional de Psicología y beneficia a aproximadamente 500 estudiantes de tercero, cuarto y quinto de secundaria.
Las actividades consisten en elaborar un diagnóstico situacional, aplicación de talleres psicoeducativos y desarrollar jornada de entrevistas personales con los estudiantes de secundaria.
Mientras que, Andrea Obando Rosas, docente de la Escuela Profesional de Educación de la San Pablo, informó que vienen trabajando con el centro de acompañamiento de Ayaviri para ayudar a niños con problemas de aprendizaje.
Su trabajo consiste en desarrollar estrategias para mejorar el rendimiento académico en Matemáticas, Comunicación y apoyar en el desarrollo socioemocional. Este semestre, están interviniendo en un grupo de ocho menores.
Desde su experiencia, ratificaron los beneficios que trae trabajar con la comunidad. Lucía Peraltilla consideró que los estudiantes universitarios adquieren conocimientos y habilidades y los pueden poner al servicio de la sociedad.
“Así, los alumnos comprueban lo que han ido aprendiendo y qué necesitan ir ajustando, y también pueden autoevaluarse y darse cuenta de si están o no listos para participar en un ámbito mayor. Lo interesante es que se reten a sí mismos y se desafíen, así como también corroboren su vocación profesional”, dijo.
Mientras que Andrea Obando agregó que los estudiantes son los protagonistas en esta metodología y deben tener apertura de mente y corazón para sacar adelante los proyectos y no ver estas actividades como una nota más. “También se abre un espacio bonito para dialogar entre profesores y alumnos”, concluyó.
Discusión sobre el post