Efectos del calentamiento global avanzan y acciones para contrarrestarlos demoran

La sequía que vivió Arequipa y los fenómenos naturales ocurridos en el norte del país, muestran que estamos contra el tiempo ante el cambio climático. En 10 años, la disponibilidad de agua sería insuficiente para atender la demanda.

Los fenómenos naturales no causan los desastres. La falta de prevención es la que genera los problemas en los sistemas urbanos.

Isabel Alvarez Cabana

Las consecuencias de la contaminación ya se viven en el país. La sequía registrada a fines del año pasado, que afectó la agricultura en Arequipa y la presencia del primer ciclón en regiones del norte, muestran la gravedad del calentamiento global y la falta de prevención.

Este problema que inició hace más de medio siglo con la industrialización, afecta el clima, la composición de la atmósfera y provoca que fenómenos naturales se produzcan de manera impredecible y sean difíciles de controlar. Se dan de forma extrema, y en lugares o periodos que no corresponden.

El docente investigador de la Universidad Católica San Pablo (UCSP) y especialista en desarrollo de sistemas de gestión ambiental, Benigno Sanz, explicó que hasta la década del ochenta, solo se tenían variaciones de El Niño, después surgió La Niña.

El panorama se complica

En nuestra región, el fenómeno de La Niña representa la ausencia de lluvias y, por lo general, se registra cada dos años. Sin embargo, debido al cambio climático, esta regularidad se rompió y se presentó dos años consecutivos, en 2021 y 2022.

En opinión del coordinador del Grupo de Investigación en Ciencia y Tecnología Ambiental de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la UCSP, Javier Montalvo Andía, ahora tampoco se puede predecir la frecuencia de El Niño, el cual fluctuaba entre los 2 y 4 años.

Una muestra de ello es que la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen), cambió su estado de vigilancia a estado de “Alerta de El Niño costero”, por el aumento del calentamiento del mar en marzo, que podría extenderse hasta julio. Esto pese a que, a inicios de febrero, descartó la ocurrencia del fenómeno durante 2023 y principios de 2024.

Una de las medidas de mitigación que se debe adoptar es prohibir, terminantemente, la construcción de viviendas en las torrenteras.

Arequipa es vulnerable

Los fenómenos globales son consecuencia del crecimiento de la manufactura y el exceso de consumo de productos industrializados; y, a pesar de que nuestro país no contribuye ni con 0.1 % del cambio climático, sufrimos los efectos porque no estamos preparados.

Según el Tyndall Center de Inglaterra, Perú es el tercer país más vulnerable al cambio climático por su geografía y biodiversidad, y posee 27 de los 32 climas a nivel mundial.

La consultora tomó en cuenta algunas características, como el tener tierras áridas cultivables, contar con mucha población en las zonas costeras, así como la dependencia de agua en zonas de lluvia y de manera estacional.

Arequipa no solo tiene varias de esas características, sino que también cumple con una de las condiciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, el cual refiere que si la temperatura media anual sube 1.5 grados centígrados, se ingresa al cambio climático sin retorno.

“Por eso es que en el transcurso del año, los nevados ya no conservan nieve, porque la temperatura se elevó”, advirtió Sanz.

Consecuencias directas

Los expertos señalan que este cambio climático tiende a agudizarse y las acciones de prevención que se realizan no son suficientes. Desde el Consejo de Recursos Hídricos Quilca-Chili se calcula que en 10 años la demanda sobrepasará la oferta disponible de agua, es decir, el recurso elemental será insuficiente para atender a la población, agricultura e industria.

Los megaproyectos que tiene Arequipa, que por ahora están paralizados, iban a incrementar esta demanda, por tanto, en palabras de Benigno Sanz, se iba a reducir el tiempo estimado para disponer del recurso hídrico.

Al mismo tiempo se vería afectado el consumo de energía, debido a que esta se genera por centrales hidroeléctricas.

El riesgo de la escasez del agua aumenta por la cercanía de las represas a los volcanes, las represas serían las primeras infraestructuras afectadas por una posible erupción.

IMPORTANTE

Para Benigno Sanz urge regular el uso del agua subterránea, debido a que en la cuenca suroriental de Arequipa, que es un sector muy seco, los acuíferos como los de Bedoya, Characato y Jesús, se sobreexplotan y contaminan.

¿Qué se hace frente a esta problemática?

A nivel nacional se actualiza la Estrategia Nacional del Cambio Climático, lo que permitirá regular diferentes aspectos respecto al clima, además se cuenta con un Plan de Desarrollo Económico Nacional para 2030; sin embargo, de nada sirven estos documentos si no son tomados en cuenta por los gobiernos subnacionales.

Sanz sostuvo que las autoridades regionales deben establecer programas operativos anuales, a partir del planeamiento nacional. De no tomarse en cuenta esto, tras el cambio de funcionarios, los nuevos ingresarán con nuevas ideas, se deshará lo avanzado y se generará más gastos.

Lo ideal sería que permanezcan personas capacitadas y con experiencia en gestión pública.

Dos acciones para afrontar el cambio climático

Para Javier Montalvo, frente a este cambio climático solo nos queda realizar acciones de mitigación y adaptación.

Sobre el primer punto, se deben implementar políticas para fomentar, por ejemplo, el uso de energías renovables, aunque será complicado porque se necesita el compromiso de todos los actores sociales y políticos.

Así, si se quiere renovar el parque automotor con vehículos eléctricos, los ciudadanos que tienen la intención de adquirir estas nuevas unidades no lo harán si las autoridades municipales no mejoran las vías dañadas.

En tanto, la adaptación implica estar preparados, se debe evaluar los impactos de vulnerabilidad y riesgos y, proponer un plan de adaptación. En el caso de la agricultura, se puede plantear el cambio de cultivos más resistentes a las sequías para evitar pérdidas.

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